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Una Vez Abandonado
Blake Pierce


Un Misterio de Riley Paige #7
ВЎUna obra maestra del gГ©nero de thriller y misterio! El autor hizo un buen trabajo desarrollando a los personajes psicolГіgicamente. Los describe tan bien que estГЎs en sus mentes, sientes sus temores y te alegras por sus Г©xitos. La trama es muy inteligente y el libro te mantendrГЎ entretenido de principio a fin. Este libro te mantendrГЎ pasando pГЎginas hasta bien entrada la noche debido a sus giros inesperados. Opiniones de libros y pelГ­culas, Roberto Mattos (Una vez desaparecido) UNA VEZ ABANDONADO es el libro #7 de la serie exitosa de misterio de Riley Paige, que comienza con UNA VEZ DESAPARECIDO (Libro #1) . Cuando la agente especial Riley Paige finalmente decide tomar un muy merecido descanso del FBI, una peticiГіn de ayuda llega de la persona menos pensada, su propia hija. La mejor amiga de April estГЎ devastada por la muerte de su hermana, una estudiante del primer aГ±o de la Universidad de Georgetown. Peor aГєn, estГЎ convencida de que el suicidio fue montado, y que su hermana fue asesinada por un asesino en serie. Riley empieza a investigar el caso a regaГ±adientes, solo para descubrir que otras dos chicas de primer aГ±o en la Universidad de Georgetown se suicidaron de la misma forma grotesca, ahorcГЎndose. A lo que se da cuenta de que algo mГЎs podrГ­a estar sucediendo, acude al FBI. El caso lleva a Riley a las profundidades del campus privilegiado de una de las universidades mГЎs prestigiosas del mundo y dentro del mundo inquietante de las familias adineradas y motivadas que empujan a sus hijos al Г©xito. Luego descubre que este caso es mucho mГЎs retorcido de lo que parece, y que podrГ­a estar cazando al asesino mГЎs psicГіtico de toda su carrera. Un thriller psicolГіgico oscuro con suspenso emocionante, UNA VEZ ABANDONADO es el libro #7 de una nueva serie fascinante, con un nuevo personaje querido, que te dejarГЎ pasando pГЎginas hasta bien entrada la noche. El Libro #8 de la serie de Riley Paige estarГЎ disponible pronto.







U N A V E Z A B A N D O N A D O



(UN MISTERIO DE RILEY PAIGE—LIBRO 7)



B L A K E P I E R C E


Blake Pierce



Blake Pierce es el autor de la serie exitosa de misterio RILEY PAIGE que cuenta con trece libros hasta los momentos. Blake Pierce tambiГ©n es el autor de la serie de misterio de MACKENZIE WHITE (que cuenta con nueve libros), de la serie de misterio de AVERY BLACK (que cuenta con seis libros), de la serie de misterio de KERI LOCKE (que cuenta con cinco libros), de la serie de misterio LAS VIVENCIAS DE RILEY PAIGE (que cuenta con tres libros), de la serie de misterio de KATE WISE (que cuenta con dos libros), de la serie de misterio psicolГіgico de CHLOE FINE (que cuenta con dos libros) y de la serie de misterio psicolГіgico de JESSE HUNT (que cuenta con tres libros).

Blake Pierce es un ГЎvido lector y fan de toda la vida de los gГ©neros de misterio y los thriller. A Blake le encanta comunicarse con sus lectores, asГ­ que por favor no dudes en visitar su sitio web www.blakepierceauthor.com (http://www.blakepierceauthor.com) para saber mГЎs y mantenerte en contacto.

Derechos de autor В© 2017 por Blake Pierce. Todos los derechos reservados. Excepto segГєn lo permitido bajo la Ley de Derechos de Autor de Estados Unidos de 1976, ninguna parte de esta publicaciГіn podrГЎ ser reproducida, distribuida, transmitida en cualquier forma o por cualquier medio, o almacenada en una base de datos o sistema de recuperaciГіn, sin el permiso previo del autor. Este libro electrГіnico estГЎ disponible solo para tu disfrute personal. Este libro electrГіnico no puede ser revendido o dado a otras personas. Si te gustarГ­a compartir este libro con otra persona, por favor compra una copia adicional para cada destinatario. Si estГЎs leyendo este libro y no lo compraste, o no fue comprado solo para tu uso, por favor regrГ©salo y compra tu propia copia. Gracias por respetar el trabajo arduo de este autor. Esta es una obra de ficciГіn. Los nombres, personajes, empresas, organizaciones, lugares, eventos e incidentes son productos de la imaginaciГіn del autor o se emplean como ficciГіn. Cualquier parecido con personas reales, vivas o muertas, es totalmente coincidente. Los derechos de autor de la imagen de la cubierta son de Pholon, utilizada bajo licencia de Shutterstock.com.


LIBROS ESCRITOS POR BLAKE PIERCE



SERIE DE MISTERIO PSICOLГ“GICO DE SUSPENSO DE JESSE HUNT

LA ESPOSA PERFECTA (Libro #1)

LA CALLE PERFECTA (Libro #2)

LA CASA PERFECTA (Libro #3)



SERIE DE MISTERIO PSICOLГ“GICO DE SUSPENSO DE CHLOE FINE

Al LADO (Libro #1)

LA MENTIRA DEL VECINO (Libro #2)

CALLEJГ“N SIN SALIDA (Libro #3)



SERIE DE MISTERIO DE KATE WISE

SI ELLA SUPIERA (Libro #1)

SI ELLA VIERA (Libro #2)



SERIE LAS VIVENCIAS DE RILEY PAIGE

VIGILANDO (Libro #1)

ESPERANDO (Libro #2)

ATRAYENDO (Libro #3)



SERIE DE MISTERIO DE RILEY PAIGE

UNA VEZ DESAPARECIDO (Libro #1)

UNA VEZ TOMADO (Libro #2)

UNA VEZ ANHELADO (Libro #3)

UNA VEZ ATRAГЌDO (Libro #4)

UNA VEZ CAZADO (Libro #5)

UNA VEZ CONSUMIDO (Libro #6)

UNA VEZ ABANDONADO (Libro #7)

UNA VEZ ENFRIADO (Libro #8)

UNA VEZ ACECHADO (Libro #9)

UNA VEZ PERDIDO (Libro #10)

UNA VEZ ENTERRADO (Libro #11)

UNA VEZ ATADO (Libro #12)

UNA VEZ ATRAPADO (Libro #13)

UNA VEZ LATENTE (Libro #14)



SERIE DE MISTERIO DE MACKENZIE WHITE

ANTES DE QUE ASESINE (Libro #1)

ANTES DE QUE VEA (Libro #2)

ANTES DE QUE DESEE (Libro #3)

ANTES DE QUE ARREBATE (Libro #4)

ANTES DE QUE NECESITE (Libro #5)

ANTES DE QUE SIENTA (Libro #6)

ANTES DE QUE PEQUE (Libro #7)

ANTES DE QUE CACE (Libro #8)

ANTES DE QUE SE APROVECHE (Libro #9)

ANTES DE QUE ANHELE (Libro #10)

ANTES DE QUE SE DESCUIDE (Libro #11)



SERIE DE MISTERIO DE AVERY BLACK

UNA RAZГ“N PARA MATAR (Libro #1)

UNA RAZГ“N PARA HUIR (Libro #2)

UNA RAZГ“N PARA ESCONDERSE (Libro #3)

UNA RAZГ“N PARA TEMER (Libro #4)

UNA RAZГ“N PARA RESCATAR (Libro #5)

UNA RAZГ“N PARA ATERRARSE (Libro #6)



SERIE DE MISTERIO DE KERI LOCKE

UN RASTRO DE MUERTE (Libro #1)

UN RASTRO DE ASESINATO (Libro #2)

UN RASTRO DE VICIO (Libro #3)

UN RASTRO DE CRIMEN (Libro #4)

UN RASTRO DE ESPERANZA (Libro #5)


CONTENIDO



PRГ“LOGO (#u74e411d7-2407-43dd-a1da-7b0b58ff10b4)

CAPГЌTULO UNO (#u750b5c13-0eff-5f78-bbb9-0e1d6aa4c3c3)

CAPГЌTULO DOS (#u2d39293d-df2d-5ca9-8f2c-dfb9bbd8af46)

CAPГЌTULO TRES (#u1aadb282-cae3-5d4e-b7d0-37c3e3ca76c4)

CAPГЌTULO CUATRO (#u80071d57-3166-5644-bb9b-a3c340c208e9)

CAPГЌTULO CINCO (#u25eb8f66-5c05-586f-8e04-fa4dbdaadc64)

CAPГЌTULO SEIS (#u06b7998a-2813-5fe3-bc74-1391d4f85973)

CAPГЌTULO SIETE (#ue6baff8d-0b60-59ce-bcc1-d601589038ed)

CAPГЌTULO OCHO (#u9558cb59-4f19-51d5-a6c0-0c619453ffcf)

CAPГЌTULO NUEVE (#litres_trial_promo)

CAPГЌTULO DIEZ (#litres_trial_promo)

CAPГЌTULO ONCE (#litres_trial_promo)

CAPГЌTULO DOCE (#litres_trial_promo)

CAPГЌTULO TRECE (#litres_trial_promo)

CAPГЌTULO CATORCE (#litres_trial_promo)

CAPГЌTULO QUINCE (#litres_trial_promo)

CAPÍTULO DIECISÉIS (#litres_trial_promo)

CAPГЌTULO DIECISIETE (#litres_trial_promo)

CAPГЌTULO DIECIOCHO (#litres_trial_promo)

CAPГЌTULO DIECINUEVE (#litres_trial_promo)

CAPГЌTULO VEINTE (#litres_trial_promo)

CAPГЌTULO VEINTIUNO (#litres_trial_promo)

CAPГЌTULO VEINTIDГ“S (#litres_trial_promo)

CAPÍTULO VEINTITRÉS (#litres_trial_promo)

CAPГЌTULO VEINTICUATRO (#litres_trial_promo)

CAPГЌTULO VEINTICINCO (#litres_trial_promo)

CAPÍTULO VEINTISÉIS (#litres_trial_promo)

CAPГЌTULO VEINTISIETE (#litres_trial_promo)

CAPГЌTULO VEINTIOCHO (#litres_trial_promo)

CAPГЌTULO VEINTINUEVE (#litres_trial_promo)

CAPГЌTULO TREINTA (#litres_trial_promo)

CAPГЌTULO TREINTA Y UNO (#litres_trial_promo)

CAPГЌTULO TREINTA Y DOS (#litres_trial_promo)

CAPГЌTULO TREINTA Y TRES (#litres_trial_promo)

CAPГЌTULO TREINTA Y CUATRO (#litres_trial_promo)

CAPГЌTULO TREINTA Y CINCO (#litres_trial_promo)

CAPГЌTULO TREINTA Y SEIS (#litres_trial_promo)

CAPГЌTULO TREINTA Y SIETE (#litres_trial_promo)

CAPГЌTULO TREINTA Y OCHO (#litres_trial_promo)

CAPГЌTULO TREINTA Y NUEVE (#litres_trial_promo)

CAPГЌTULO CUARENTA (#litres_trial_promo)








PRГ“LOGO


Tiffany ya estaba vestida cuando su mamГЎ la llamГі del piso de abajo.

“¡Tiffany! ¿Estás lista para ir a la iglesia?”.

“Ya casi, mamá”, respondió Tiffany. “Bajaré pronto”.

“Bueno, date prisa. Tenemos que irnos en cinco minutos”.

“Está bien”.

La verdad era que Tiffany habГ­a terminado de vestirse hace varios minutos, justo despuГ©s de desayunar un delicioso waffle con mamГЎ y papГЎ. Simplemente no estaba lista para irse aГєn. Realmente estaba divirtiГ©ndose viendo unos videos cГіmicos de animales en su telГ©fono celular.

Hasta ahora habГ­a visto a un pequinГ©s haciendo skateboard, un bulldog subiendo una escalera, un gato intentando tocar una guitarra, un gran perro que perseguГ­a su cola cada vez que alguien cantaba una canciГіn infantil y una manada de cientos de conejitos en estampida.

Ahora estaba viendo uno que realmente la estaba haciendo reГ­r. Una ardilla seguГ­a intentando entrar en un comedero para pГЎjaros a prueba de ardillas. Cada vez que se le acercaba, daba vueltas y la lanzaba al aire. Pero la ardilla estaba decidida y no se daba por vencida.

El video siguiГі haciГ©ndola reГ­r hasta que su madre gritГі de nuevo.

“¡Tiffany! ¿Tu hermana vendrá con nosotros?”.

“No creo, mamá”.

“Ve a preguntarle, por favor”.

Tiffany suspiró. Tenía ganas de responderle: “Ve a preguntárselo tú”.

En cambio, dijo: “Está bien”.

Su hermana de diecinueve aГ±os de, Lois, no habГ­a desayunado con ellos. Tiffany estaba bastante segura de que no tenГ­a ninguna intenciГіn de ir a la iglesia. Le habГ­a dicho a Tiffany ayer que no querГ­a ir.

Lois habГ­a estado haciendo cada vez menos cosas con la familia desde que comenzГі la universidad en el otoГ±o. Regresaba a casa casi todos los fines de semana, y en dГ­as festivos y descansos, pero se la mantenГ­a sola o con amigos, y casi siempre se despertaba tarde.

Tiffany no podГ­a culparla.

La vida en el hogar de los Pennington era demasiado aburrida. Y la iglesia aburrГ­a a Tiffany mГЎs que cualquier otra cosa.

Con un suspiro, detuvo el video y saliГі al pasillo. El dormitorio de Lois estaba en el otro piso. Era una habitaciГіn lujosa que tomaba la mayor parte del ГЎtico. Hasta tenГ­a su propio baГ±o privado ahГ­ arriba y un clГіset enorme. Tiffany aГєn estaba atrapada en el pequeГ±o dormitorio en el segundo piso que habГ­a sido suyo desde siempre.

No le parecГ­a justo. EsperГі heredar el dormitorio de su hermana cuando se fue a la universidad. ВїPor quГ© Lois necesitaba todo ese espacio ahora que solo estaba en casa los fines de semana? ВїNo podГ­an intercambiar habitaciones?

Se quejaba por ello a menudo, pero a nadie parecГ­a importarle.

Se detuvo en la parte inferior de las escaleras que conducГ­an al ГЎtico y gritГі.

“¡Lois! ¿Vendrás con nosotros?”.

No obtuvo ninguna respuesta. Puso los ojos en blanco. Esto sucedГ­a a menudo cada vez que tenГ­a que buscar a Lois por una cosa u otra.

SubiГі las escaleras y tocГі la puerta de la habitaciГіn de su hermana.

“Lois”, gritó otra vez. “Vamos a la iglesia. ¿Vendrás con nosotros?”.

Lois no respondiГі.

Tiffany moviГі sus pies impacientemente, y luego tocГі otra vez.

“¿Estás despierta?”, preguntó.

Nada.

Tiffany gimiГі en voz alta. Lois podrГ­a estar dormida o escuchando mГєsica con auriculares. Sin embargo, lo mГЎs probable es que la estaba ignorando.

“Está bien”, gritó. “Le diré a mamá que no vas a venir”.

Tiffany comenzГі a preocuparse a lo que hizo su camino por las escaleras. Lois habГ­a estado un poco cabizbaja durante sus visitas mГЎs recientes. No estaba exactamente deprimida, pero tampoco tan alegre como de costumbre. Le habГ­a dicho a Tiffany que la universidad era mГЎs difГ­cil de lo habГ­a esperado, y la presiГіn estaba afectГЎndola.

PapГЎ estaba al pie de las escaleras mirando su reloj con impaciencia. ParecГ­a listo para irse, vestido en un abrigo, un gorro de piel, una bufanda y guantes. MamГЎ se estaba poniendo su abrigo.

“¿Lois viene?”, preguntó papá.

“Dijo que no”, dijo Tiffany, mintiendo un poco. Papá podría enojarse si Tiffany le decía que Lois ni siquiera le había respondido.

“Bueno, no me sorprende”, dijo mamá antes de ponerse sus guantes. “Escuché su carro tarde. No sé a qué hora llegó exactamente”.

Tiffany sintiГі otra punzada de envidia cuando su mamГЎ mencionГі el carro de su hermana. ВЎLois tenГ­a tanta libertad ahora que estaba en la universidad! Lo mejor de todo era que a nadie le importaba a quГ© hora llegaba a casa. Tiffany ni siquiera la habГ­a oГ­do llegar.

“Quizás estaba muy dormida”, pensó.

A lo que Tiffany comenzó a ponerse su abrigo, papá dijo: “Se están tardando demasiado. Vamos a llegar tarde al servicio”.

“Llegaremos con tiempo de sobra”, dijo mamá con calma.

“Encenderé el carro”, dijo papá.

AbriГі la puerta principal y saliГі a zancadas. Tiffany y su madre se terminaron de abrigar rГЎpidamente y lo siguieron.

El aire frГ­o golpeГі a Tiffany. AГєn habГ­a nieve en el piso de la nevada de hace unos dГ­as. Deseaba aГєn estar en su cama confortable. Era un dГ­a pГ©simo para salir.

De repente, oyГі a su padre jadear.

“Lester, ¿qué pasa?”, le dijo mamá a papá.

Tiffany vio a papГЎ parado delante de la puerta del garaje abierta. Estaba mirando adentro boquiabierto. Se veГ­a aturdido y horrorizado.

“¿Qué pasa?”, dijo mamá de nuevo.

PapГЎ se dio la vuelta para mirarla. ParecГ­a estar costГЎndole hablar.

Finalmente dijo: “Llama al 911”.

“¿Por qué?”, contestó mamá.

PapГЎ no le dio una explicaciГіn. EntrГі en el garaje. MamГЎ comenzГі a acercarse al garaje y, cuando llegГі a la puerta abierta, dejГі escapar un grito que dejГі a Tiffany paralizada de miedo.

MamГЎ entrГі rГЎpidamente al garaje.

Tiffany se quedГі inmГіvil por un largo rato.

“¿Qué pasa?”, dijo Tiffany.

Oyó a mamá sollozando. “Vuelve a casa, Tiffany”, dijo.

“¿Por qué?”, respondió Tiffany.

MamГЎ saliГі corriendo del garaje. AgarrГі el brazo de Tiffany y tratГі de voltearla para que regresara a casa.

“No mires”, dijo. “Vuelve adentro”.

Tiffany logrГі soltarse y corriГі al garaje.

Le tomГі un momento darle sentido a todo. Los tres carros estaban estacionados allГ­. En la esquina izquierda, papГЎ estaba moviendo una escalera torpemente.

Algo estaba colgado de una cuerda atada a una de las vigas del techo.

Era una persona.

Era su hermana.




CAPГЌTULO UNO


Riley Paige acababa de sentarse a cenar cuando su hija dijo algo que realmente la sorprendiГі.

“Somos la familia perfecta”.

Riley se quedГі mirando a April, cuyo rostro estaba enrojecido de la vergГјenza.

“Guau, ¿en serio dije eso en voz alta?”, dijo April tímidamente. “Eso fue muy cursi”.

Riley se echГі a reГ­r y mirГі alrededor de la mesa. Su ex esposo, Ryan, estaba sentado en el otro extremo de la mesa. A su izquierda, su hija de quince aГ±os de edad, April, estaba sentada junto a su ama de llaves, Gabriela. A su derecha estaba la chica de trece aГ±os de edad, Jilly, el nuevo miembro de la familia.

April y Jilly acababan de preparar hamburguesas para la cena del domingo, dГЎndole a Gabriela un descanso de la cocina.

Ryan mordió su hamburguesa y dijo: “Bueno, sí somos una familia. ¡Solo míranos!”.

Riley no dijo nada.

“Una familia”, pensó. “¿Eso es lo que somos realmente?”.

La idea la sorprendiГі un poco. DespuГ©s de todo, ella y Ryan se separaron hace casi dos aГ±os y llevaban casi seis meses divorciados. Aunque estaban pasando tiempo juntos, Riley habГ­a evitado pensar mucho en el futuro de la relaciГіn. HabГ­a echado a un lado aГ±os de dolor y traiciГіn para poder disfrutar de un presente tranquilo.

Y tambiГ©n tenГ­a que pensar en April, cuya adolescencia habГ­a sido bastante difГ­cil. ВїDurarГ­a su deseo de esta uniГіn familiar?

Riley se sentГ­a aГєn mГЎs insegura por Jilly. EncontrГі a Jilly en una parada de camiones en Phoenix tratando de vender su propio cuerpo a los camioneros. Riley rescatГі a Jilly de una vida terrible y un padre abusivo, y ahora esperaba adoptarla. Pero Jilly era una niГ±a atribulada, y la situaciГіn era complicada.

Riley solo se sentГ­a completamente segura respecto a Gabriela. La mujer guatemalteca robusta llevaba aГ±os trabajando para la familia. Gabriela era una mujer responsable, amorosa y sГіlida.

“¿Qué opinas tú, Gabriela?”, preguntó Riley.

Gabriela sonriГі.

“Una familia puede ser elegida, no solo heredada”, dijo. “La sangre no lo es todo. El amor es lo que importa”.

Riley sintiГі un calorcito de afecto en lo mГЎs profundo de su ser. Gabriela siempre sabГ­a quГ© decir. ObservГі a todos a su alrededor con un nuevo sentido de satisfacciГіn.

Llevaba un mes de licencia de la UAC y estaba disfrutando de estar aquГ­ en su casa.

“Y también estoy disfrutando de mi familia”, pensó.

Luego April dijo algo que la sorprendiГі.

“Papá, ¿cuándo vendrás a vivir con nosotras?”.

Ryan se veГ­a sorprendido. Como lo hacГ­a a menudo, Riley se preguntГі si esta nueva dedicaciГіn de Ryan era demasiado buena como para ser cierta.

“Eso es una cuestión bastante seria”, dijo Ryan.

“¿Por qué?”, le preguntó April a su padre. “Ya prácticamente vives aquí. Tú y mamá están durmiendo juntos de nuevo y estás aquí casi todos los días”.

Riley sintiГі su rostro ruborizГЎndose. Sorprendida, Gabriela le dio a April un codazo.

“¡Chica! ¡Silencio!”, dijo.

Jilly tenГ­a una sonrisa en su rostro.

“Esa es una gran idea”, dijo. “Así de seguro obtendré buenas calificaciones”.

Era cierto, Ryan habГ­a estado ayudando a Jilly a ponerse al dГ­a en su nueva escuela, especialmente con estudios sociales. Realmente habГ­a sido un gran apoyo en los Гєltimos meses.

Los ojos de Riley se encontraron con los de Ryan. Ella vio que Г©l tambiГ©n estaba ruborizado.

No sabГ­a quГ© decir. TenГ­a que admitir que le gustaba la idea. Se habГ­a acostumbrado a que Ryan pasara casi todas las noches aquГ­. Todo habГ­a tomado su lugar, quizГЎs con demasiada facilidad. Tal vez la comodidad que sentГ­a provenГ­a del hecho de que no tenГ­a que tomar ninguna decisiГіn.

RecordГі lo que April habГ­a dicho.

“Somos la familia perfecta”.

Ciertamente lo aparentaban en este momento. Pero Riley no pudo evitar sentirse inquieta. ВїEsta perfecciГіn solo era una ilusiГіn, como leer un buen libro o ver una pelГ­cula agradable?

Riley estaba consciente de que el mundo estaba lleno de monstruos. HabГ­a dedicado su vida profesional a acabar con ellos. Pero llevaba un mes tratando de pretender que no existГ­an.

Ryan comenzГі a sonreГ­r.

“¿Por qué no nos mudamos todos a mi casa?”, dijo. “Hay mucho espacio para todos nosotros”.

Riley sofocГі un suspiro de alarma.

Lo Гєltimo que querГ­a era volver a la gran casa suburbana que habГ­a compartido con Ryan por aГ±os. Estaba demasiado llena de recuerdos desagradables.

“No podría mudarme de aquí”, dijo. “Me siento demasiado cómoda”.

April mirГі a su padre ansiosamente.

“Es tu decisión, papá”, dijo. “¿Te mudarás con nosotras o no?”.

Riley observГі el rostro de Ryan. SabГ­a que estaba luchando con su decisiГіn. EntendГ­a al menos una de sus razones. PertenecГ­a a una firma de abogados en DC, pero trabajaba en casa bastante a menudo. No habГ­a espacio para que lo hiciera aquГ­.

Finalmente, Ryan dijo: “Tendría que quedarme con la casa. Aún puede ser mi oficina local”.

April casi estaba saltando de la emociГіn.

“¿Así que estás diciendo que sí?”, preguntó.

Ryan sonriГі silenciosamente por un momento.

“Sí, supongo que sí”, dijo finalmente.

April dejГі escapar un chillido. Jilly aplaudiГі y comenzГі a reГ­r de alegrГ­a.

“¡Genial!”, dijo Jilly. “Por favor, pasa la salsa de tomate... Papá”.

Ryan, April, Gabriela y Jilly comenzaron a charlar alegremente mientras comГ­an.

Riley se dijo a sГ­ misma que debГ­a disfrutar de la felicidad mientras podГ­a. Tarde o temprano la llamarГ­an para acabar con otro monstruo. El pensamiento enviГі un escalofrГ­o por todo su cuerpo. ВїAlgГєn otro monstruo ya estaba acechГЎndola, esperando el momento perfecto para atacar?



*



Como April solo tenГ­a medio dГ­a de clases el dГ­a siguiente debido a reuniones de maestros, Riley la dejГі quedarse en casa todo el dГ­a. Decidieron ir de compras juntas mientras Jilly aГєn estaba en la escuela.

Las tiendas del centro comercial parecГ­an interminables, y muchas de ellas eran bastante parecidas. HabГ­a maniquГ­es en ropa elegante posados en cada ventana. Las figuras que estaban pasando ahora mismo no tenГ­an cabeza, aГ±adiendo a la impresiГіn de Riley de que todos eran intercambiables. Pero April le decГ­a lo que cada tienda vendГ­a, y los estilos que le encantaba llevar. April al parecer veГ­a variedad donde Riley solo veГ­a lo mismo.

“Cosas de adolescentes, supongo”, pensó Riley.

Al menos el centro comercial no estaba lleno de gente hoy.

April seГ±alГі un letrero afuera de una tienda llamada Towne Shoppe.

“¡Mira!”, dijo. “�LUJO ASEQUIBLE’ ¡Entremos a ver qué hay!”.

Adentro de la tienda, April se abalanzГі sobre un estante de jeans y chaquetas, buscando prendas para probarse.

“Yo también necesito nuevos jeans”, dijo Riley.

April puso los ojos en blanco.

“Mamá, ¡no te vayas a comprar jeans anticuados!”.

“Bueno, no puedo usar los que tú usas. Tengo que ser capaz de moverme sin preocuparme por mi ropa. Nada de atuendos defectuosos”.

April se echó a reír. “¡Lo que quieres es un pantalón para vestir! No creo que encuentres uno aquí”.

Riley ojeГі los jeans disponibles. Todos eran ceГ±idos y bajos.

Riley suspirГі. SabГ­a de un par de tiendas en el centro comercial donde podГ­a comprar algo mГЎs de su estilo. Pero tendrГ­a que soportar todo tipo de burlas de April.

“Me compraré algo para mí en otra ocasión”, dijo Riley.

April agarrГі unos jeans y se fue a los probadores. Cuando saliГі, vestГ­a el tipo de jeans que Riley detestaba: apretados, rotos en varios lugares, con el ombligo completamente a la vista.

Riley negГі con la cabeza.

“Deberías probarte otro tipo de jeans”, dijo. “Son mucho más cómodos. Pero estar cómoda no es lo tuyo, ¿cierto?”.

“No”, dijo April, volteándose y mirándose en el espejo. “Me llevaré estos. Me iré a probar los otros”.

April volviГі a los probadores varias veces mГЎs. Siempre regresaba con jeans que Riley odiaba. Ella sabГ­a que lo mejor era dejГЎrselos comprar. Realmente no valГ­a la pena pelear por eso, y sabГ­a que perderГ­a de una u otra forma.

A lo que observГі a April frente al espejo, se dio cuenta de que su hija tenГ­a casi su misma altura, y que la camiseta que llevaba revelaba una figura bien desarrollada. Con su pelo oscuro y ojos color avellana, el parecido de April a Riley era sorprendente. Obviamente April no tenГ­a canas como Riley. Pero, aГєn asГ­...

“Se está convirtiendo en una mujer”, pensó Riley.

No pudo evitar sentirse intranquila por eso.

ВїApril estaba creciendo demasiado rГЎpido?

Sin duda habГ­a pasado por situaciones difГ­ciles este aГ±o. HabГ­a sido capturada dos veces. Una de esas veces habГ­a sido cautiva de un sГЎdico con un soplete. TambiГ©n tuvo que luchar contra un asesino en su propia casa. Lo peor de todo fue que un novio abusivo la drogГі y tratГі de convertirla en esclava sexual.

Riley sabГ­a que era demasiado para una chica de quince aГ±os de edad. Se sentГ­a culpable de que su trabajo habГ­a puesto a April y a otras personas que amaba en peligro mortal.

Y ahora aquГ­ estaba April, viГ©ndose muy madura a pesar de sus esfuerzos por parecer y actuar como una adolescente normal. April parecГ­a haber superado lo peor de su TEPT. Pero ВїquГ© tipo de miedos y ansiedades todavГ­a la inquietaban en lo profundo de su ser? ВїRealmente lograrГ­a superarlos?

Riley pagГі la ropa nueva de April y saliГі a la terraza del centro comercial. La confianza en el caminar de April hizo a Riley sentirse menos preocupada. Las cosas sГ­ estaban mejorando despuГ©s de todo. Lo supo justo en el momento en el que Ryan comenzГі a llevar algunas de sus pertenencias a su casa adosada. Y April y Jilly estaban saliendo bien en la escuela.

Riley estaba a punto de sugerir que fueran a comer cuando el telГ©fono de April sonГі. April se alejГі precipitadamente para contestar la llamada. Riley se sintiГі un poco consternada. A veces ese telГ©fono celular parecГ­a ser un ser viviente que exigГ­a toda la atenciГіn de April.

“Hola, ¿cómo estás?”, le preguntó April a la persona que la llamó.

De repente, las rodillas de April se tambalearon, y ella se sentГі en un banco. Estaba pГЎlida, y se veГ­a dolida. LГЎgrimas comenzaron a rodar por su rostro. Alarmada, Riley se acercГі a ella rГЎpidamente y se sentГі a su lado.

“¡Dios mío!”, exclamó April. “Cómo podría... Por qué... No puedo...”.

Riley sintiГі una sacudida de alarma.

ВїQuГ© habГ­a pasado?

ВїAlguien estaba herido o en peligro?

ВїJilly, Ryan o Gabriela?

No, alguien seguramente habrГ­a llamado a Riley con este tipo de noticias, no a April.

“Lo siento mucho”, dijo April una y otra vez.

Finalmente finalizГі la llamada.

“¿Quién era?”, le preguntó Riley ansiosamente.

“Era Tiffany”, dijo April en voz baja.

Riley reconocГ­a el nombre. Tiffany Pennington era la mejor amiga de April ahora. Riley la habГ­a visto un par de veces.

“¿Qué pasó?”, preguntó Riley.

April mirГі a Riley con una expresiГіn de dolor y horror.

“La hermana de Tiffany está muerta”, dijo April.

April parecГ­a no poder creer sus propias palabras.

Luego, con una voz conmovida, agregó: “Dicen que se suicidó”.




CAPГЌTULO DOS


Durante la cena esa noche, April tratГі de contarle a su familia lo poco que sabГ­a de la muerte de Lois. Pero sus palabras sonaban extraГ±as y ajenas, como si otra persona estuviera hablando.

“No parece real”, pensó.

April se encontrГі con Lois varias veces durante sus visitas a la casa de Tiffany. Recordaba la Гєltima vez como si fuera ayer. Lois estuvo sonriente, feliz y con muchas historias que contar de la universidad. Era imposible creer que ella estaba muerta.

La muerte no era una completa desconocida para April. SabГ­a que su mamГЎ se habГ­a enfrentado a la muerte y que realmente habГ­a matado en algunos casos del FBI. Pero habГ­an sido malas personas, y tenГ­an que ser liquidadas. April incluso ayudГі a su madre a luchar y a matar a un asesino sГЎdico despuГ©s que capturГі a April. TambiГ©n sabГ­a que su abuelo muriГі hace cuatro meses, pero no lo habГ­a visto en mucho tiempo y nunca habГ­an sido cercanos.

Pero esta muerte era mГЎs real para ella, y no tenГ­a ningГєn sentido en absoluto. De alguna manera aГєn no parecГ­a posible.

Mientras April hablaba, vio que sus familiares tambiГ©n estaban confundidos y angustiados. Su madre tomГі su mano. Gabriela se persignГі y murmurГі una oraciГіn. Jilly estaba boquiabierta.

April tratГі de recordar todo lo que Tiffany le dijo cuando hablaron de nuevo esa tarde. Le explicГі que Tiffany, su mamГЎ y su papГЎ encontraron el cuerpo de Lois guindando en su garaje ayer por la maГ±ana. Para la policГ­a, era un suicidio. De hecho, todo el mundo actuaba como si habГ­a sido suicidio. Como si esa era la respuesta y punto.

Todo el mundo menos Tiffany, quien seguГ­a diciendo que no lo creГ­a.

El padre de April se estremeciГі cuando terminГі de decirles todo.

“Conozco a los Pennington”, dijo. “Lester es el gerente financiero de una empresa de construcción. No exactamente rico, pero sí cómodo. Siempre me parecieron una familia estable y feliz. ¿Por qué Lois haría tal cosa?”.

April habГ­a pasado todo el dГ­a preguntГЎndose lo mismo.

“Tiffany dice que nadie sabe”, dijo April. “Lois estaba en su primer año en la Universidad de Byars. Estaba un poco estresada por eso, pero igual...”.

PapГЎ negГі con la cabeza.

“Bueno, tal vez esa sea la explicación”, dijo. “Byars es una universidad difícil. Aún más difícil que Georgetown. Y es muy cara. Me sorprende que la familia pudiera costearla”.

April suspirГі profundamente y no dijo nada. CreГ­a que Lois estaba becada, pero se lo guardГі para sГ­ misma. No tenГ­a ganas de hablar del tema. Tampoco tenГ­a ganas de comer. Gabriela habГ­a preparado una de sus especialidades, una sopa de mariscos llamada tapado que le encantaba. Pero ni siquiera habГ­a probado una cucharada.

Nadie hablГі por unos momentos.

Luego Jilly dijo: “No se suicidó”.

Sorprendida, April mirГі fijamente a Jilly. Los demГЎs tambiГ©n estaban mirГЎndola. La adolescente cruzГі sus brazos y se veГ­a muy seria.

“¿Qué?”, preguntó April.

“Lois no se suicidó”, dijo Jilly.

“¿Cómo lo sabes?”, preguntó April.

“Yo la conocí, ¿recuerdas? Simplemente lo sé. No era la clase de chica que haría algo así. Ella no quería morir”.

Jilly pausГі por un momento.

Luego dijo: “Sé lo que se siente querer morirse. Sé que ella nunca lo sintió”.

El corazГіn de April saltГі hasta su garganta.

SabГ­a que Jilly habГ­a atravesado cosas muy duras. Jilly le contГі de aquella noche en la que su padre abusivo no la dejГі entrar en casa. Jilly durmiГі en un tubo de desagГјe, y luego fue a una parada de camiones donde tratГі de convertirse en prostituta. Luego mamГЎ la encontrГі.

Jilly definitivamente sabГ­a lo que se sentГ­a querer estar muerta.

April sentГ­a que una oleada de horror y terror estaba a punto de estallar dentro de ella. ВїPodrГ­a Jilly estar equivocada? ВїLois se sintiГі tan miserable como para suicidarse?

“Permiso”, dijo. “No creo poder comer ahora”.

April se levantГі de la mesa y subiГі las escaleras a su dormitorio corriendo. CerrГі la puerta, se tirГі en su cama y rompiГі a llorar.

No sabГ­a cuГЎnto tiempo habГ­a pasado. DespuГ©s de un rato, oyГі un golpe en la puerta.

“April, ¿puedo pasar?”, preguntó su madre.

“Sí”, dijo April en una voz conmocionada.

April se sentГі, y mamГЎ entrГі en la habitaciГіn llevando un sГЎndwich de queso a la plancha en un plato. MamГЎ sonriГі con compasiГіn.

“Gabriela pensó que esto podría ser mejor para tu estómago que tapado”, dijo mamá. “Le preocupa que te enfermes si no comes. A mí también me preocupa”.

April sonriГі entre sus lГЎgrimas. Era un gesto muy dulce de Gabriela y mamГЎ.

“Gracias”, dijo.

Se limpiГі los ojos y tomГі un bocado del sГЎndwich. MamГЎ se sentГі en la cama junto a ella y tomГі su mano.

“¿Quieres hablar de lo que pasó?”, preguntó mamá.

April ahogГі un sollozo. Por alguna razГіn, recordГі que su mejor amiga, Crystal, se habГ­a mudado recientemente. Su padre, Blaine, fue golpeado gravemente aquГ­ en esta casa. A pesar de que Г©l y mamГЎ se gustaban, la situaciГіn lo conmocionГі tanto que decidiГі mudarse.

“Tengo una sensación muy extraña”, dijo April. “Como si fue mi culpa de alguna forma. Nos pasan muchas cosas terribles, pareciera que fueran contagiosas o algo. Sé que no tiene sentido pero...”.

“Entiendo cómo te sientes”, dijo mamá.

Esto sorprendió a April. “¿Sí?”.

La expresiГіn de mamГЎ se entristeciГі.

“Yo también me siento igual”, dijo. “Mi trabajo es peligroso. Y pone en peligroso a todas las personas que amo. Me hace sentir culpable. Muy culpable”.

“Pero no es tu culpa”, dijo April.

“Entonces ¿por qué crees que es tu culpa?”.

April no sabГ­a quГ© decir.

“¿Qué más te está molestando?”, preguntó mamá.

April lo pensГі por un momento.

“Mamá, Jilly tiene razón. No creo que Lois se suicidó. Y Tiffany no lo cree tampoco. Yo conocí a Lois. Estaba feliz, era una de las personas más centradas que jamás he conocido. Y Tiffany la admiraba. Ella era la heroína de Tiffany. Simplemente no tiene sentido”.

April sabГ­a por la expresiГіn de su madre que no le creГ­a.

“Solo cree que estoy histérica”, pensó April.

“April, la policía debe pensar que fue suicidio, y su madre y su padre...”.

“Bueno, están equivocados, dijo April, sorprendida por la acidez de su propia voz. “Mamá, tienes que comprobarlo. Sabes más de este tipo de cosas que ellos. Incluso más que la policía”.

MamГЎ negГі con la cabeza tristemente.

“April, no puedo hacerlo. No puedo investigar algo que ya ha sido resuelto. Piensa en cómo se sentiría la familia”.

April estaba a punto de comenzar a llorar otra vez.

“Mamá, te lo ruego. Si Tiffany jamás se entera de la verdad, arruinará su vida. Nunca lo superará. Por favor, por favor haz algo”.

Era un enorme favor, y April lo sabГ­a. MamГЎ no respondiГі por un momento. Se levantГі y se asomГі por la ventana de la habitaciГіn. ParecГ­a estar perdida en sus pensamientos.

Aún mirando afuera, mamá finalmente dijo: “Iré mañana a hablar con los padres de Tiffany. Bueno, si es que quieren hablar conmigo”. Eso es todo lo que puedo hacer”.

“¿Puedo ir contigo?”, preguntó April.

“Tienes que ir a la escuela mañana”, dijo mamá.

“Hagámoslo después de la escuela entonces”.

Mamá se quedó callada y luego dijo: “Está bien”.

April se levantГі de la cama y la abrazГі fuertemente. QuerГ­a darle las gracias, pero se sentГ­a demasiado abrumada con gratitud como para hablar.

“Mamá definitivamente puede descubrir lo que anda mal”, pensó April.




CAPГЌTULO TRES


Riley condujo a April a casa de los Pennington la tarde siguiente. A pesar de sus dudas de que Lois Pennington habГ­a sido asesinada, Riley consideraba que esto era lo mejor.

“Se lo debo a April”, pensó mientras conducía.

DespuГ©s de todo, sabГ­a lo que era sentirse segura de algo y que nadie le creyera.

Y April ciertamente se veГ­a muy segura de que algo andaba muy mal.

Para Riley, sus instintos no le habГ­an hecho creer o una cosa o la otra. Pero a lo que entraron a un vecindario de clase alta de Fredericksburg, se recordГі a sГ­ misma que los monstruos acechaban a menudo detrГЎs de las fachadas mГЎs serenas. Muchas de las casas encantadoras que pasaron seguramente estaban llenas de recuerdos. Esto lo sabГ­a con certeza por todo el mal al que se habГ­a enfrentado.

Y no importaba si la muerte de Lois habГ­a sido suicidio o asesinato, un monstruo definitivamente habГ­a invadido la casa aparentemente feliz de los Pennington.

Riley se estacionГі en la calle frente a la casa. Era una gran casa de tres pisos con un terreno bastante amplio. Riley recordГі lo que Ryan habГ­a dicho sobre los Pennington.

“No exactamente ricos, pero sí cómodos”.

La casa confirmaba lo que Г©l habГ­a dicho. Era una casa lujosa y atractiva en un buen vecindario. Lo Гєnico que se veГ­a fuera de lugar era la cinta policial que estaba colocada alrededor de las puertas del garaje separado donde la familia habГ­a encontrado a su hija guindando.

El aire frГ­o aumentГі su intensidad cuando Riley y April se bajaron del carro y caminaron hacia la casa. Varios carros estaban estacionados en la entrada.

Tocaron el timbre de la puerta principal, y Tiffany las recibiГі. April se echГі en los brazos de Tiffany, y ambas niГ±as comenzaron a sollozar.

“Ay Tiffany, cuanto lo siento”, dijo April.

“Gracias, gracias por venir”, dijo Tiffany.

Esta emociГіn hizo que se formara un nudo en la garganta de Riley. Las dos chicas se veГ­an tan jГіvenes ahora, casi unas niГ±as. ParecГ­a terriblemente injusto que tuvieran que pasar por esta horrible tragedia. AГєn asГ­, se sentГ­a orgullosa de la bondad sincera de April. Estaba convirtiГ©ndose en una mujer cariГ±osa y compasiva.

“Debo estar haciendo algo bien como madre”, pensó.

Tiffany era un poco mГЎs bajita que April, y tambiГ©n se veГ­a un poco mГЎs torpe. Su pelo era rubio, y su piel era pГЎlida y pecosa, lo que hacГ­a que el enrojecimiento alrededor de sus ojos de tanto llorar se viera mГЎs pronunciado.

Tiffany condujo a Riley y a April a la sala de estar. Los padres de Tiffany estaban sentados en un sofГЎ, separados un poco entre sГ­. ВїSu lenguaje corporal revelaba algo? Riley no estaba segura. SabГ­a que las parejas enfrentaban el luto de muchas formas distintas.

HabГ­a varias personas mГЎs en la sala, hablando en susurros. Riley supuso que eran amigos y familiares que habГ­an venido para ayudar de cualquier forma posible.

OyГі voces bajas y el traqueteo de utensilios en la cocina, donde al parecer unas personas estaban preparando comida. A travГ©s de un arco que llevaba al comedor, vio a dos parejas organizando fotos y recuerdos sobre la mesa. TambiГ©n habГ­a fotos de Lois y su familia en diversas edades en la sala de estar.

Riley se estremeciГі al pensar que la chica de las fotos habГ­a estado viva hace apenas dos dГ­as. ВїCГіmo se sentirГ­a si perdiera a April asГ­ de repente? Era una posibilidad escalofriante, y ya habГ­an pasado demasiados sustos,

ВїQuiГ©n vendrГ­a a su casa para ayudarla y consolarla?

ВїIncluso querrГ­a ayuda y consuelo?

SacГі esos pensamientos de su cabeza cuando Tiffany les presentГі a sus padres, Lester y Eunice.

“Por favor no se pongan de pie”, dijo Riley cuando la pareja comenzó a levantarse para saludarla.

Riley y April se sentaron cerca de la pareja. Eunice tenГ­a la misma tez pecosa y pelo rubio de su hija. La tez de Lester era mГЎs oscura, y su rostro era largo y delgado.

“Mi más sentido pésame”, dijo Riley.

La pareja le dio las gracias. Lester logrГі forzar una pequeГ±a sonrisa.

“No nos habíamos conocido, pero conozco a Ryan un poco”, dijo. “¿Cómo está?”.

Tiffany alcanzó de su silla para tocar a su padre en el brazo. “Están divorciados, papá”, dijo en voz baja.

El rostro de Lester se ruborizГі un poco.

“Ah, lo siento mucho”, dijo.

Riley se puso colorada.

“No se preocupe”, dijo. “Como dicen por ahí, �es complicado’”.

Lester asintiГі, aГєn sonriendo dГ©bilmente.

Se quedaron callados durante unos instantes mientras el zumbido bajo de actividad continuaba a su alrededor.

Luego Tiffany dijo: “Mamá, papá, la madre de April es una agente del FBI”.

Lester y Eunice la miraron fijamente sin saber quГ© decir. Avergonzada de nuevo, Riley siguiГі callada. SabГ­a que April habГ­a llamado a Tiffany ayer para decirle que vendrГ­an. Aparentemente Tiffany no les habГ­a dicho a sus padres lo que Riley hacГ­a para ganarse la vida hasta ahora.

Tiffany siguió mirando a sus padres y dijo: “Pensé que tal vez podría ayudarnos a descubrir... Lo que realmente sucedió”.

Lester abriГі la boca, y Eunice suspirГі amargamente.

“Tiffany, ya hemos hablado de esto”, dijo Eunice. “Sabemos lo que sucedió. La policía está segura. No tenemos ninguna razón para pensar lo contrario”.

Lester se puso de pie.

“No puedo con esto”, dijo. “Simplemente... No puedo”.

Se volviГі y caminГі al comedor. Riley vio que las dos parejas que estaban allГ­ se apresuraron a consolarlo.

“Tiffany, deberías sentirte avergonzada por esto”, dijo Eunice.

Los ojos de la muchacha se llenaron de lГЎgrimas.

“Pero solo quiero saber la verdad, mamá. Lois no se suicidó. Ella no pudo haber hecho eso. Lo sé”.

Eunice mirГі a Riley.

“Lamento que haya quedado atrapada en el medio de todo esto”, dijo. “A Tiffany le está costando aceptar la verdad”.

“Ustedes son los que no pueden aceptar la verdad”, dijo Tiffany.

“Silencio”, dijo su madre.

Eunice le entregГі a su hija un paГ±uelo.

“Tiffany, hay cosas que no sabes de Lois”, dijo lenta y cuidadosamente. “Era más infeliz de lo que te dijo. Amaba la universidad, pero no fue fácil para ella. Mantener sus notas para sus becas fue mucha presión, y también fue difícil para ella estar lejos de casa. Estaba empezando a tomar antidepresivos y estaba yendo a terapia en Byars. Tu padre y yo pensamos que estaba mejorando, pero nos equivocamos”.

Tiffany estaba tratando de controlar sus sollozos, pero aГєn se veГ­a muy enojada.

“Esa escuela es un lugar terrible”, dijo. “Yo nunca iría allí”.

“No es terrible”, dijo Eunice. “Es una escuela muy buena. Es exigente, eso es todo”.

“Apuesto a que las otras chicas no creyeron que era una buena escuela”, dijo Tiffany.

April habГ­a estado escuchando a su amiga detenidamente.

“¿Qué otras chicas?”, preguntó.

“Deanna y Cory”, dijo Tiffany. “Ellas también murieron”.

Eunice negó con la cabeza tristemente y le dijo a Riley: “Otras dos chicas se suicidaron en Byars el semestre pasado. Ha sido un año terrible”.

Tiffany mirГі fijamente a su madre.

“No fueron suicidios”, dijo. “Lois no lo creyó. Pensó que algo estaba mal en ese lugar. No supo lo que era, pero me dijo que era algo realmente malo”.

“Tiffany, sí fueron suicidios”, dijo Eunice fatigosamente. “Todo el mundo lo dice. Cosas como esta suceden”.

Tiffany se puso de pie, temblando de rabia y frustraciГіn.

“La muerte de Lois no sucedió y ya”, dijo.

Eunice dijo: “Cuando seas mayor entenderás que la vida puede ser más difícil de lo que crees. Ahora siéntate, por favor”.

Tiffany se sentГі. Eunice estaba mirando al espacio. Riley se sentГ­a terriblemente incГіmoda.

“Realmente no vinimos aquí para molestarlos”, le dijo Riley a Eunice. “Pido disculpas por la intrusión. Creo que lo mejor es que nos vayamos”.

Eunice asintiГі en silencio. Riley y April caminaron a la puerta.

“Debimos habernos quedado”, dijo April cuando estaban afuera. “Debimos haber hecho más preguntas”.

“No, los estábamos molestando”, dijo Riley. “Fue un gran error”.

De repente, April comenzГі a alejarse de ella.

“¿Adónde vas?”, le preguntó Riley.

April se dirigiГі directamente a la puerta lateral del garaje. HabГ­a una tira de cinta policial en todo el marco.

“April, ¡aléjate de allí!”, dijo Riley.

April ignorГі la cinta y su madre y girГі el pomo. La puerta no estaba cerrada con llave y se abriГі. April se agachГі debajo de la cinta y entrГі en el garaje. Riley se apresurГі detrГЎs de ella, con la intenciГіn de regaГ±arla. En cambio, su curiosidad se apoderГі de todo, y comenzГі a inspeccionar el garaje.

No habГ­a carros adentro, haciendo que el espacio para tres carros se viera extraГ±amente enorme. Un poco de luz entraba por varias ventanas.

April seГ±alГі hacia una esquina.

“Tiffany me dijo que encontraron a Lois allí”, dijo April.

Efectivamente, el lugar estaba marcado por tiras de cinta adhesiva en el piso.

HabГ­a vigas amplias bajo el techo y una escalera apoyada contra la pared.

“Vamos”, dijo Riley. “No deberíamos estar aquí”.

Salieron del garaje y cerraron la puerta detrГЎs de ella. Riley visualizГі la escena mientras ambas caminaban a su carro. Era fГЎcil imaginar cГіmo la chica pudo haberse subido a esa escalera para ahorcarse.

“¿Eso fue realmente lo que sucedió?”, se preguntó.

No tenГ­a ninguna razГіn para pensar lo contrario.

AГєn asГ­, estaba empezando a sentir dudas.



*



Riley llamГі al mГ©dico forense del distrito, DГЎnica Selves, a lo que llegГі a casa. Llevaba aГ±os de amistad con ella. Cuando Riley le preguntГі sobre el caso de la muerte de Lois Pennington, DГЎnica sonГі sorprendida.

“¿Por qué te tiene tan curiosa?”, preguntó Dánica. “¿El FBI está interesado en el caso?”.

“No, es algo personal”.

“¿Personal?”.

Riley vaciló y luego dijo: “Mi hija es buen amiga de la hermana de Lois, y también conoció a Lois un poco. Está costándoles creer a ambas que ella se suicidó”.

“Entiendo”, dijo Dánica. “Bueno, la policía no encontró señales de enfrentamiento. Y yo misma realicé las pruebas y la autopsia. Según los análisis de sangre, había tomado una fuerte dosis de alprazolam algún tiempo antes de morir. Para mí quería estar lo menos consciente posible. Cuando se ahorcó, probablemente ni le importaba lo que estaba haciendo. Hubiera sido mucho más fácil hacerlo de esa forma”.

“Así que realmente es un caso cerrado”, dijo Riley.

“Yo creo que sí”, dijo Dánica.

Riley le dio las gracias y colgГі. En ese momento, April bajГі con una calculadora y una hoja de papel.

“Mamá, ¡creo que lo demostré!”, dijo con entusiasmo. “¡No pudo haber sido otra cosa que asesinato!”.

April se sentГі al lado de Riley y le mostrГі algunos nГєmeros que habГ­a escrito.

“Investigué un poco en línea”, dijo. “Me enteré que siete punto cinco estudiantes universitarios se suicidan de cada 100 mil. Un cero cero siete cinco por ciento. Pero solo hay setecientos estudiantes en Byars, y tres de ellos supuestamente se suicidaron en los últimos meses. Ese es un tres punto cuatro por ciento, ¡más de cincuenta siete veces el promedio! ¡Es imposible!”.

Riley se sintiГі muy mal. Apreciaba lo mucho que April se estaba esforzando. Le parecГ­a muy maduro de su parte.

“April, estoy segura de que tus cálculos son correctos, pero...”.

“Pero ¿qué?”.

Riley negó con la cabeza. “No prueba absolutamente nada”.

Los ojos de April se abrieron de incredulidad.

“¿Cómo que no prueba nada?”.

“En estadística, hay cosas llamadas outliers. Son excepciones a las reglas, van en contra de los promedios. Es como el último caso en el que trabajé, el de la envenenadora, ¿recuerdas? La mayoría de los asesinos en serie son hombres, pero esta fue mujer. Y a la mayoría de los asesinos les encanta ver morir a sus víctimas, pero a ella simplemente no le importaba. Es lo mismo. No me sorprende que haya algunas universidades donde más estudiantes se suicidan que el promedio”.

April la mirГі fijamente y no dijo nada.

“April, acabo de hablar con el médico forense que hizo la autopsia. Ella está segura que la muerte de Lois fue un suicidio. Y hace bien su trabajo. Es una experta. Tenemos que confiar en su juicio”.

El rostro de April estaba enfurecido.

“No veo por qué no puedes confiar en mi juicio solo por esta vez”.

DespuГ©s se levantГі y subiГі las escaleras a zancadas.

“Por lo menos ella está segura de que sabe lo que ocurrió”, pensó con un gemido.

Estaba muchГ­simo mГЎs segura que Riley.

Sus instintos aГєn no la habГ­an dirigido a ningГєn lado.




CAPГЌTULO CUATRO


Estaba sucediendo de nuevo.

El monstruo llamado Peterson tenГ­a a April cautiva en algГєn lugar.

Riley rebuscГі en la oscuridad. Sus pasos le parecГ­an lentos y torpes, pero sabГ­a que tenГ­a que apresurarse.

Con su escopeta colgada de su hombro, Riley se tropezГі en la oscuridad por una gran pendiente barrosa que daba a un rГ­o. De repente los vio. Peterson estaba de rodillas en el agua. A pocos pies de Г©l, April estaba medio sumergida en el agua, atada de manos y pies.

Riley alcanzГі su escopeta, pero Peterson levantГі una pistola y apuntГі a April directamente con ella.

“Ni siquiera lo pienses”, gritó Peterson. “Si intentas algo, esto se acaba aquí”.

Riley estaba horrorizada. Si siquiera levantaba su escopeta, Peterson matarГ­a a April antes de que pudiera disparar.

Puso la escopeta en el suelo.

El terror en el rostro de su hija la atormentarГ­a para siempre...



Riley dejГі de correr y se doblГі, jadeando.

Era temprano por la maГ±ana, y ella habГ­a salido a correr. Pero el horrible recuerdo la habГ­a dejado congelada a su lugar.

ВїJamГЎs olvidarГ­a ese terrible momento?

ВїJamГЎs dejarГ­a de sentirse culpable por haber puesto a April en peligro mortal?

“No”, pensó. “Y así debe ser. Jamás debo olvidarlo”.

Ella inhalГі y exhalГі el aire frГ­o hasta que se sintiГі un poco mejor. Luego empezГі a caminar por el sendero arbolado familiar. PodГ­a ver un poco de luz de sol por los ГЎrboles.

Este sendero quedaba cerca de su casa y era fГЎcil llegar a Г©l. Riley corrГ­a aquГ­ a menudo por las maГ±anas. El ejercicio usualmente la ayudaba a sacar a los fantasmas y demonios de su pasado de su mente. Pero hoy estaba teniendo el efecto contrario.

Todo lo que habГ­a sucedido ayer, la visita a los Pennington, la ojeada en el garaje y la ira de April habГ­a traГ­do todos esos recuerdos feos a flote.

“Y todo es por mí”, pensó Riley, acelerando su paso a un trote.

Pero luego recordГі lo que habГ­a sucedido luego en ese rГ­o.



La pistola de Peterson se atascГі, y Riley lo apuГ±alГі entre sus costillas antes de tambalearse y caer al agua frГ­a. Aunque estaba herido, Peterson se las arreglГі para mantener a Riley bajo el agua.

Luego vio a April, quien aГєn tenГ­a las muГ±ecas y los pies atados, levantar la escopeta que Riley habГ­a dejado caer. Ella la oyГі estrellarla contra la cabeza de Peterson.

Pero el monstruo se volviГі y se abalanzГі sobre April. Г‰l empujГі su rostro bajo el agua.

Su hija se iba a ahogar.

Riley encontrГі una roca afilada.

Se abalanzГі sobre Peterson y la estrellГі contra su cabeza.

Г‰l se cayГі y ella saltГі encima de Г©l.

GolpeГі el rostro de Peterson con la roca una y otra vez.

El rГ­o se volviГі rojo de la sangre.



Agitada por el recuerdo, Riley comenzГі a correr mГЎs rГЎpido.

Ella estaba orgullosa de su hija. April habГ­a demostrado valentГ­a e ingenio ese terrible dГ­a. TambiГ©n habГ­a sido valiente en otras situaciones peligrosas.

Pero ahora April estaba enojada con Riley.

Y Riley no pudo evitar preguntarse si tenГ­a razГіn.



*



Riley se sentГ­a muy fuera de lugar en el servicio fГєnebre de Lois Pennington esa tarde.

Por un lado, casi nunca iba a la iglesia. Su padre fue un ex infante de marina endurecido que no creyГі ni en nada ni en nadie, sino solo en sГ­ mismo. ViviГі con unos tГ­os durante parte de su infancia y adolescencia, y ellos intentaron hacerla ir a la iglesia, pero Riley fue muy rebelde.

En cuanto a funerales, Riley simplemente los odiaba. HabГ­a visto demasiado de la realidad brutal de la muerte durante sus dos dГ©cadas siendo agente, asГ­ que los funerales le parecГ­an falsos. Siempre hacГ­an que la muerte pareciera tan limpia y pacГ­fica.

“Todo es engañoso”, pensó. Esta chica murió violentamente, bien sea porque se suicidó o porque alguien la asesinó.

Pero April habГ­a insistido en venir, y Riley no podГ­a dejarla enfrentar esto por sГ­ sola. Eso parecГ­a irГіnico, porque en estos momentos Riley era la que se sentГ­a sola. Estaba sentada en la Гєltima fila del santuario lleno de gente. April estaba adelante, sentada en la fila justo detrГЎs de la familia, lo mГЎs cercana a Tiffany posible. Pero a Riley le alegraba que April estaba cerca de su amiga, y a ella no le importaba sentarse sola.

La luz del sol iluminaba las vidrieras, y el ataГєd en el frente estaba abarrotado de flores y coronas funerarias. El servicio fue digno y el coro cantГі bien.

El predicador estaba hablando de la fe y la salvaciГіn, asegurГЎndoles a todos que Lois ahora estaba en un lugar mejor. Riley no estaba prestГЎndole atenciГіn. Estaba buscando pistas que indicaran por quГ© Lois Pennington habГ­a muerto.

Ayer notГі que los padres de Lois se habГ­an sentado un poco separados en el sofГЎ. No habГ­a estado segura de cГіmo leer su lenguaje corporal. Pero ahora el brazo de Lester Pennington estaba alrededor del hombro de Eunice en un cГЎlido gesto de consuelo. Los dos parecГ­an ser unos padres afligidos perfectamente ordinarios.

Si algo andaba mal en la familia Pennington, Riley no podГ­a verlo.

Y, curiosamente, eso hizo a Riley sentirse intranquila.

Consideraba que era una observadora aguda de la naturaleza humana. Si Lois realmente se habГ­a suicidado, su vida familiar probablemente era problemГЎtica. Pero nada se veГ­a mal, nada mГЎs que el duelo normal.

El predicador logrГі terminar su sermГіn sin mencionar ni una vez la supuesta causa de la muerte de Lois.

Luego vino una serie de testimonios cortos y tristes de amigos y familiares. Hablaban de dolor y tiempos mГЎs felices, a veces relacionados con eventos humorГ­sticos que evocaron risas tristes en la congregaciГіn.

“Pero nada de suicidio”, pensó Riley.

Algo parecГ­a extraГ±o.

ВїAlguien cercano a Lois no querrГ­a reconocer algo oscuro sobre sus Гєltimos dГ­as, una lucha contra la depresiГіn, una batalla contra sus demonios internos, una llamada de auxilio no respondida? ВїAlguien no deberГ­a sugerir que su trГЎgica muerte deberГ­a ser una lecciГіn para los demГЎs en que deben obtener ayuda y apoyo en vez de quitarse la vida?

Pero nadie dijo nada al respecto.

Nadie querГ­a hablar de ello.

ParecГ­an estar avergonzados o desconcertados, o tal vez ambos.

Tal vez ni siquiera lo podГ­an creer.

Los testimonios terminaron, y luego llegГі el momento de ver el cuerpo. Riley se quedГі sentada. Estaba segura de que el empleado de funeraria habГ­a hecho un buen trabajo y que lo que quedГі de la pobre Lois no se veГ­a nada en absoluto como se habГ­a visto cuando la encontraron colgando. Riley sabГ­a por experiencia como se veГ­a un cadГЎver estrangulado.

Finalmente, el predicador ofreciГі la bendiciГіn final y el ataГєd fue sacado. La familia saliГі junta, y todos quedaron libres para irse.

Cuando Riley saliГі de la iglesia, vio a Tiffany y April abrazГЎndose entre lГЎgrimas. Luego Tiffany vio a Riley y corriГі hacia ella.

“¿No puede hacer nada?”, preguntó la muchacha con una voz conmocionada.

“No, lo siento”, respondió Riley.

Antes de que Tiffany pudiera decir mГЎs, su padre gritГі su nombre. La familia de Tiffany estaba montГЎndose en una limusina negra. Tiffany se montГі tambiГ©n, y el vehГ­culo se alejГі.

Riley se volviГі hacia April, quien se negaba a mirarla.

“Tomaré el autobús a casa”, dijo April.

April se alejГі, y Riley no intentГі detenerla. SintiГ©ndose terrible, caminГі hacia su carro que estaba en el estacionamiento de la iglesia.



*



La cena de esa noche no fue nada alegre como la de hace solo dos dГ­as. April aГєn no estaba hablГЎndole a Riley, y estaba hablГЎndoles muy poco a los demГЎs. Su tristeza era contagiosa. Ryan y Gabriela tambiГ©n estaban sombrГ­os.

En medio de la cena, Jilly hablГі.

“Hice una amiga en la escuela hoy. Su nombre es Jane. Ella es adoptada, como yo”.

La expresiГіn de April cambiГі.

“Eso es genial, Jilly”, dijo April.

“Sí. Tenemos mucho en común. Mucho de qué hablar”.

Esto alegrГі a Riley un poco. Era bueno que Jilly estaba empezando a hacer amistades. Y Riley sabГ­a que April estaba preocupada por Jilly.

Las dos chicas hablaron un poco de Jane. Luego todos se quedaron callados de nuevo, igual de sombrГ­os que antes.

Riley sabГ­a que Jilly querГ­a romper con ello y que querГ­a alegrar a April. Pero la muchacha mГЎs joven se veГ­a preocupada ahora. Riley supuso que estaba alarmada por esta tensiГіn en su nueva familia. Jilly seguramente temГ­a que podrГ­a perder lo que habГ­a encontrado hace tan poco.

“Espero que no esté en lo cierto”, pensó Riley.

DespuГ©s de la cena, las chicas subieron a sus habitaciones y Gabriela limpiГі la cocina. Ryan sirviГі dos vasos de whisky americano, uno para Г©l y otro para Riley, y ambos se sentaron en la sala de estar.

Se quedaron callados por un tiempo.

“Subiré para hablar con April”, dijo Ryan finalmente.

“¿Por qué?”, preguntó Riley.

“Está siendo grosera. Y está siendo irrespetuosa contigo. No deberíamos dejarla salirse con la suya”.

Riley suspirГі.

“No está siendo grosera”, dijo.

“Bueno, ¿cómo lo llamarías tú?”.

Riley se puso a pensar por un momento.

“Ella realmente le importa todo esto”, dijo. “Está preocupada por su amiga Tiffany, y se siente impotente. Teme que algo terrible le sucedió a Lois. Deberíamos estar alegres de que está pensando en otros. Significa que está madurando”.

Se quedaron callados otra vez.

“¿Qué crees que pasó realmente?”, preguntó Ryan. “¿Crees que Lois se suicidó o fue asesinada?”.

Riley negГі con la cabeza.

“Quisiera saberlo”, dijo. “He aprendido a confiar en mis instintos. Pero mis instintos no me están diciendo nada. No tengo ni la menor idea qué fue lo que pasó”.

Ryan le dio unas palmaditas a su mano.

“Bueno, nada de lo que sucedió es tu responsabilidad”, dijo.

“Tienes razón”, dijo Riley.

Ryan bostezГі.

“Estoy cansado”, dijo. “Creo que me iré a dormir”.

“Yo me quedaré aquí un rato”, dijo Riley. “No estoy lista para dormir todavía”.

Ryan subiГі, y Riley se sirviГі otra gran bebida. La casa estaba tranquila, y Riley se sentГ­a sola y extraГ±amente impotente, tal y como April seguramente se estaba sintiendo. Pero, despuГ©s de otra bebida, empezГі a relajarse y pronto se sintiГі soГ±olienta. Se quitГі los zapatos y se estirГі en el sofГЎ.

Un poco mГЎs tarde, se despertГі para descubrir que alguien la habГ­a arropado. Ryan debiГі haber bajado para ver cГіmo estaba y asegurarse de que estuviera cГіmoda.

Riley sonriГі, sintiГ©ndose menos sola ahora. Luego se quedГі dormida otra vez.



*



Riley sintiГі un destello de dГ©jГ  vu cuando April se apresurГі hacia el garaje de los Pennington.

Riley la llamГі, justo como habГ­a hecho ayer.

“April, ¡aléjate de allí!”.

Esta vez, April quitГі la cinta policial antes de abrir la puerta.

Luego April desapareciГі en el garaje.

Riley corriГі tras ella.

El interior del garaje era mucho mГЎs grande y mГЎs oscuro de lo que habГ­a sido ayer. ParecГ­a un enorme almacГ©n abandonado.

Riley no veГ­a a April por ningГєn lado.

“April, ¿dónde estás?”, gritó.

La voz de April resonГі en el aire.

“Estoy aquí, mamá”.

Riley no sabГ­a de dГіnde provenГ­a la voz.

Se volteГі lentamente, mirando hacia la oscuridad interminable.

Finalmente se encendiГі una luz del techo.

Riley quedГі pasmada.

Colgada de una viga estaba una chica un par de aГ±os mayor que April.

Estaba muerta, pero sus ojos estaban abiertos y estaban mirando a Riley fijamente.

Y, esparcidas alrededor de la muchacha, en mesas y en el piso, habГ­a cientos de fotos que mostraban a la niГ±a y su familia en diferentes momentos de su vida.

“¡April!”, gritó Riley.

Ninguna respuesta llegГі.



Riley se despertГі y se sentГі, casi hiperventilando del terror de su pesadilla.

RespirГі profundamente para no gritar con todas sus fuerzas...

“¡April!”.

Pero ella sabГ­a que April estaba arriba durmiendo.

Toda la familia dormГ­a, excepto ella.

“¿Por qué tuve ese sueño?”, se preguntó.

Le tomГі un momento para saber la respuesta.

Se dio cuenta de que sus instintos por fin habГ­an accionado.

SabГ­a que April tenГ­a razГіn, algo no cuadraba en la muerte de Lois.

Y ella tenГ­a que hacer algo al respecto.




CAPГЌTULO CINCO


Riley sintiГі un frГ­o extraГ±o cuando se bajГі de su carro en la Universidad de Byars. No era solamente el clima. La escuela tenГ­a un ambiente extraГ±amente inhГіspito.

Se estremeciГі a lo que mirГі a su alrededor.

Los estudiantes estaban andando por el campus, bien cubiertos para protegerse del frГ­o, apresurГЎndose a sus destinos y apenas hablГЎndose. Ninguno de ellos se veГ­a feliz de estar aquГ­.

“No es de extrañar que este lugar hace que los estudiantes quieran matarse”, pensó Riley.

Por un lado, el lugar parecГ­a pertenecer a una Г©poca pasada. Riley sentГ­a que estaba devolviГ©ndose en el tiempo. Los viejos edificios de ladrillo habГ­an sido mantenidos en perfecto estado. TambiГ©n las columnas blancas, reliquias de cuando las columnas eran requeridas en este tipo de ambiente.

El campus verde era impresionantemente grande, dado que estaba justo en la capital del paГ­s. Por supuesto, DC habГ­a evolucionado a su alrededor durante los casi doscientos aГ±os de su existencia. La escuela pequeГ±a y exclusiva habГ­a prosperado, produciendo egresados que tenГ­an Г©xito en las escuelas de posgrado mГЎs prestigiosas del paГ­s, y que luego tambiГ©n eran exitosos en puestos de poder en negocios y polГ­tica. Los estudiantes asistГ­an a universidades como esta para hacer y mantener buenas conexiones que durarГ­an toda la vida.

Naturalmente, era demasiado costosa para la familia de Riley, incluso con las becas que otorgaban de vez en cuando a excelentes alumnos de familias importantes. No es que jamГЎs quisiera enviar a April aquГ­, ni a Jilly tampoco.

Riley entrГі en el edificio administrativo y encontrГі el decanato, donde fue recibida por una secretaria seria.

Riley le mostrГі a la mujer su placa.

“Soy la agente especial Riley Paige del FBI. Llamé hace un rato”.

La mujer asintiГі.

“El decano Autrey está por acá”, dijo.

La mujer llevГі a Riley a una oficina grande y sombrГ­a con paneles de madera oscura.

Un hombre elegante y mayor se levantГі de su mesa para saludarla. Era alto, con pelo plateado, y llevaba un traje costoso de tres piezas con una pajarita.

“Agente Paige, supongo”, dijo con una sonrisa fría. “Yo soy el decano Willis Autrey. Por favor, tome asiento”.

Riley se sentГі frente a su escritorio. Autrey se sentГі y girГі en su silla.

“No estoy seguro que entiendo la naturaleza de su visita”, dijo. “Tiene algo que ver con el fallecimiento desafortunado de Lois Pennington, ¿cierto?”.

“Me imagino que se refiere a su suicidio”, dijo Riley.

Autrey asintiГі.

“No es un caso del FBI”, dijo. “Llamé a los padres de la chica, les di el más sentido pésame por parte de la escuela. Ellos estaban devastados, como es de esperarse. Todo fue tan desafortunado. Pero no parecían estar preocupados por algo”.

Riley entrГі en cuenta de que tenГ­a que elegir sus palabras cuidadosamente. No estaba aquГ­ en un caso asignado. De hecho, sus superiores en QuГЎntico no aprobarГ­an esta visita en absoluto. Pero tal vez podГ­a evitar que Autrey descubriera ese pequeГ±o detalle.

“Otro miembro de la familia ha expresado sus dudas”, dijo.

No era necesario decirle que hablaba de la hermana adolescente de Lois.

“Qué desafortunado”, dijo.

“Parece que le gusta usar la palabra desafortunado”, pensó Riley.

“¿Qué puede decirme sobre Lois Pennington?”, preguntó Riley.

Autrey estaba empezando a verse aburrido ahora, como si su mente estuviera en otra parte.

“Bueno, nada que su familia no le ha dicho, estoy seguro”, dijo. “Yo no la conocí personalmente, pero...”.

Se volviГі hacia su computadora y tecleГі.

“Parece haber sido una estudiante de primer año perfectamente normal”, dijo, mirando la pantalla. “Buenas calificaciones. No hay informes de ningún inconveniente. Sí veo que recibió terapia por su depresión”.

“Pero no es el único suicidio en su escuela este año”, dijo Riley.

La expresiГіn de Autrey se volviГі un poco sombrГ­a. No dijo nada.

Antes de salir de casa, Riley habГ­a investigado un poco mГЎs sobre los dos suicidios que Tiffany habГ­a mencionado.

“Deanna Webber y Cory Linz presuntamente se suicidaron el semestre pasado”, dijo Riley. “La muerte de Cory fue aquí en el campus”.

“¿’Presuntamente’?”, preguntó Autrey. “Una palabra algo desafortunada, creo. No me enteré de nada que indicara lo contrario”.

Г‰l alejГі la mirada un poco, como para pretender que Riley no estaba allГ­.

“Sra. Paige...”, comenzó.

“Agente Paige”, lo corrigió Riley.

“Agente Paige, estoy seguro de que una profesional como usted está consciente de que la tasa de suicidio entre estudiantes universitarios ha aumentado durante las últimas décadas. Es la tercera principal causa de muerte entre las personas en el grupo de edad de pregrado. Hay más de mil suicidios en campus universitarios cada año”.

Se detuvo, como para dejar que esos hechos surtieran efecto.

“Y, por supuesto, algunas escuelas experimentan grupos en un año determinado”, dijo. “Byars es una escuela exigente. Es desafortunado, pero inevitable, que tengamos unos cuantos suicidios”.

Riley reprimiГі una sonrisa.

Las cifras que April habГ­a investigado hace unos dГ­as estaban a punto de ser Гєtiles.

“April estaría contenta”, pensó.

Ella dijo: “El promedio nacional de suicidios universitarios es de siete punto cinco de cada cien mil. Pero este año, tres de setecientos estudiantes se suicidaron. Es cincuenta y siete veces el promedio nacional”.

Autrey levantГі las cejas.

“Bueno, como estoy seguro de que usted sabe, siempre hay...”.

“Outliers”, dijo Riley, logrando no sonreír de nuevo. “Sí, sé mucho de los outliers. Aún así, la tasa de suicidio de su universidad me parece excepcionalmente... Desafortunada”.

Autrey se quedГі callado.

“Decano Autrey, tengo la impresión que no le gusta que un agente del FBI esté investigando”, dijo.

“De hecho, no me gusta para nada”, dijo. “¿Debo sentirme de otra forma? Esto es un desperdicio de su tiempo y el mío, así como del dinero de los contribuyentes. Y su presencia podría dar la impresión de que algo anda mal. Nada anda mal aquí en la Universidad de Byars, se lo aseguro”.

Se inclinГі en su escritorio y se acercГі a Riley.

“Agente Paige, ¿en qué rama del FBI trabaja exactamente?”.

“En la Unidad de Análisis de Conducta”.

“Ah. Cerca de aquí, en Quántico. Bueno, quizás deba tener en cuenta que muchos de nuestros estudiantes provienen de familias políticas. Algunos de sus padres tienen una influencia considerable sobre el gobierno, incluyendo el FBI, me imagino. Estoy seguro de que no queremos que se enteren de esto”.

“¿De esto?”, preguntó Riley.

Autrey girГі en su silla.

“Estas personas quizás quieran presentar quejas con sus superiores”, dijo con una mirada significativa.

Riley sintiГі un cosquilleo de inquietud.

QuizГЎs habГ­a adivinado que no estaba aquГ­ en carГЎcter oficial.

“Lo mejor es no causar problemas donde no existen”, continuó Autrey. “Esta observación es para su bien. Odiaría que incumpliera las órdenes de sus superiores”.

Riley casi se rio en voz alta.

Incumplir Гіrdenes era prГЎcticamente su pan de cada dГ­a.

TambiГ©n lo era ser suspendida o despedida y luego ser reintegrada nuevamente.

Eso no la asustaba en lo mГЎs mГ­nimo.

“Entiendo”, dijo. “Lo que sea para no desacreditar la reputación de su universidad”.

“Me alegra que nos entendamos”, dijo Autrey.

Se puso de pie, obviamente esperando que Riley se fuera.

Pero Riley no estaba lista para irse, todavГ­a no.

“Gracias por su tiempo”, le dijo. “Me iré justo cuando me de la información de contacto de las familias de los suicidios anteriores”.

Autrey estaba mirГЎndola con furia. Riley le devolviГі la mirada sin moverse de su silla.

Autrey miró su reloj. “Tengo otra cita. Debo irme ahora”.

Riley sonriГі.

“Yo también tengo prisa”, dijo, mirando su propio reloj. “Así que, entre más rápido me de esa información, más rápido podernos irnos. Yo lo espero”.

Autrey frunciГі el ceГ±o, y luego se sentГі en su computadora otra vez. TecleГі un poco, y luego su impresora comenzГі a sonar. Le entregГі la hoja con la informaciГіn a Riley.

“Me temo que tendré que presentar una queja con sus superiores”, dijo.

Riley aГєn no se moviГі. Cada vez estaba sintiГ©ndose mГЎs curiosa.

“Decano Autrey, acaba de mencionar que Byars tiene unos cuantos suicidios. ¿De cuántos suicidios estamos hablando?”.

Autrey no respondiГі. Su cara se enrojeciГі de ira, pero mantuvo su voz tranquila y controlada.

“Me comunicaré con su superior en la UAC”, dijo.

“Está bien”, respondió Riley. “Gracias por su tiempo”.

Riley saliГі de la oficina y del edificio administrativo. Esta vez el aire frГ­o se sentГ­a vigorizante.

Las evasivas de Autrey convencieron a Riley de que se habГ­a topado con un nido de problemas.

Y Riley prosperaba en medio de los problemas.




CAPГЌTULO SEIS


Tan pronto como Riley se metiГі en su carro, repasГі la informaciГіn que el decano Autrey le habГ­a dado. ComenzГі a recordar los detalles de la muerte de Deanna Webber.

“Por supuesto”, recordó, encontrando la vieja noticia en su celular. “La hija de la congresista”.

La representante Hazel Webber era una nueva polГ­tica que estaba casada con un abogado prestigioso de Maryland. La muerte de su hija habГ­a estado en los encabezados el otoГ±o pasado. Riley no le habГ­a prestado mucha atenciГіn a la historia en ese momento. ParecГ­a mГЎs un chisme lascivo que una noticia real, algo que Riley pensaba que solo era asunto de la familia.

Ahora pensaba distinto.

EncontrГі el nГєmero de telГ©fono de la oficina de la congresista Hazel Webber en Washington. Cuando marcГі el nГєmero, una recepcionista que sonaba bastante eficiente contestГі.

“Soy la agente especial Riley Paige de la Unidad de Análisis de Conducta del FBI”, dijo Riley. “Me gustaría concertar una reunión con la representante Webber”.

“¿Puedo preguntar de qué trata todo esto?”.

“Necesito hablar con ella sobre la muerte de su hija el otoño pasado”.

En ese momento cayГі un silencio.

Riley dijo: “Siento molestar a la congresista y a su familia para hablar de esta terrible tragedia. Pero solo tenemos que atar unos cabos sueltos”.

MГЎs silencio.

“Lo siento”, dijo la recepcionista lentamente. “Pero la representante Webber no está en Washington ahora mismo. Tendrá que esperar hasta que vuelva de Maryland”.

“¿Y cuándo volverá?”, preguntó Riley.

“No lo sé. Tendrá que volver a llamar”.

La recepcionista finalizГі la llamada sin decir mГЎs.

“Ella está en Maryland”, pensó Riley.

InvestigГі y encontrГі que Hazel Webber vivГ­a en los pastos de Maryland. El lugar no serГ­a difГ­cil de encontrar.

Pero antes de que Riley pudiera encender su carro, su telГ©fono celular vibrГі.

“Habla Hazel Webber”, dijo la persona en la línea.

Riley estaba sorprendida. La recepcionista debiГі haber llamado a la congresista inmediatamente despuГ©s de colgarle a Riley. Ciertamente no habГ­a esperado que Webber se comunicara con ella directamente, y menos tan rГЎpido.

“¿En qué puedo ayudarle?”, preguntó Webber.

Riley explicó de nuevo que quería hablar de algunos “cabos sueltos” respecto a la muerte de su hija.

“¿Podría ser un poco más específica?”, dijo Webber.

“Preferiría hacerlo en persona”, dijo Riley.

Webber se quedГі callada por un momento.

“Me temo que eso es imposible”, dijo Webber. “Y agradecería que usted y sus superiores no nos molestaran más. Apenas estamos empezando a sanar. Estoy segura de que lo entiende”.

El tono helado de la mujer sorprendiГі a Riley. No detectГі ni el menor rastro de dolor.

“Representante Webber, si usted me pudiera dar un poco de su tiempo...”.

“Le dije que no”.

Webber finalizГі la llamada.

Riley estaba estupefacta. No tenГ­a idea quГ© pensar de esta llamada.

Lo Гєnico que sГ­ sabГ­a con certeza es que habГ­a molestado bastante a la congresista.

Y tenГ­a que ir a Maryland inmediatamente.



*



Fue un paseo en carro de dos horas bastante agradable. Puesto que habГ­a buen tiempo, Riley tomГі una ruta que incluГ­a el puente de la bahГ­a de Chesapeake, pagando el peaje para disfrutar del paseo sobre el agua.

Pronto se encontrГі en los pastos de Maryland, donde vallas de madera hermosas cercaban pastos, y calles arboladas llevaban a elegantes casas y graneros que quedaban lejos de las carreteras.

Se detuvo en la verja afuera de la finca de los Webber. Un guardia fornido uniformado saliГі de su choza y se acercГі a ella.

Riley le mostrГі su placa y se presentГі.

“Estoy aquí para ver a la representante Webber”, dijo.

El guardia se alejГі y hablГі en su micrГіfono. Luego se acercГі a Riley de nuevo.

“La congresista dice que ha habido algún error”, dijo. “Ella no la está esperando”.

Riley sonriГі tan ampliamente como pudo.

“Ah, ¿está demasiado ocupada en este momento? No hay problema, mi calendario no está tan apretado. Esperaré aquí hasta que tenga tiempo”.

El guardia frunciГі el ceГ±o, tratando de intimidarla.

“Me temo que tendrá que irse, señora”, dijo.

Riley se encogiГі de hombros y actuГі como si no hubiese entendido lo que querГ­a decir.

“Ah no, está bien. No hay problema. Puedo esperar aquí”.

El guardia se alejГі y hablГі en su micrГіfono de nuevo. DespuГ©s de mirar a Riley fijamente por un momento, entrГі en su choza y abriГі la puerta. Riley condujo por ella.

Condujo por una pradera amplia y cubierta de nieve donde un par de caballos andaban libremente. Era una escena pacГ­fica.

Cuando llegГі a la casa, era incluso mГЎs grande de lo que ella esperaba, una mansiГіn contemporГЎnea. MirГі los otros edificios bien cuidados mГЎs allГЎ de la vivienda.

Un hombre asiГЎtico la recibiГі en la puerta. Era aproximadamente tan grande como un luchador de sumo, lo que hacГ­a que su traje formal de mayordomo se viera grotescamente inadecuado. Guio a Riley por un pasillo con un piso de madera de color marrГіn rojizo que se veГ­a costoso.

Finalmente fue recibida por una mujer pequeГ±a y sombrГ­a que la llevГі a una oficina muy pulcra sin decir una sola palabra.

“Espere aquí”, dijo la mujer.

SaliГі de la oficina, cerrando la puerta detrГЎs de ella.

Riley se sentГі en una silla cerca del escritorio. Pasaron unos minutos. Se sintiГі tentada a echarle un vistazo a los materiales del escritorio o incluso a la computadora. Pero sabГ­a que todos sus movimientos seguramente estaban siendo grabados con cГЎmaras de seguridad.

Finalmente, la representante Hazel Webber entrГі en la sala.

Ella era una mujer alta, delgada pero imponente. No parecГ­a lo suficientemente vieja como para haber estado en el Congreso durante tanto tiempo, ni parecГ­a tener la edad suficiente como para tener una hija universitaria. La cierta rigidez alrededor de sus ojos pudiera ser habitual, o inducida por el Botox, o tal vez ambas.

Riley recordГі haberla visto en la televisiГіn. Normalmente cuando conocГ­a a alguien que habГ­a visto en la TV, le impresionaba lo cuГЎn diferentes que se veГ­an en la vida real. ExtraГ±amente, Hazel Webber se veГ­a exactamente igual. Era como si fuera realmente de dos dimensiones, un ser humano casi anormalmente superficial en todos los sentidos.

Su atuendo tambiГ©n desconcertaba a Riley. ВїPor quГ© llevaba puesta una chaqueta sobre un suГ©ter? La casa sin duda era lo suficientemente caliente.

“Parte de su estilo, supongo”, pensó Riley.

La chaqueta le daba un aspecto mГЎs formal y profesional que solo pantalones y un suГ©ter. Tal vez tambiГ©n representaba una especie de armadura, una protecciГіn contra cualquier contacto humano genuino.

Riley se puso de pie para presentarse, pero Webber hablГі primero.

“Agente Riley Paige, UAC”, dijo. “Ya sé”.

Sin otra palabra, se sentГі en su escritorio.

“¿Por qué está aquí?”, preguntó Webber.

Riley sintiГі una sacudida de alarma. Obviamente no tenГ­a nada que decirle. Su visita era un engaГ±o, y Webber le parecГ­a el tipo de mujer que no era fГЎcil de engaГ±ar. Esto superaba a Riley, y tenГ­a que ingeniГЎrselas ahora.

“Estoy aquí para pedirle información”, dijo Riley. “¿Su marido está en casa?”.

“Sí”, dijo la mujer.

“¿Sería posible hablar con ambos?”.

“Él sabe que está aquí”.

Su respuesta desarmГі a Riley, pero tratГі de no demostrarlo. La mujer mirГі a Riley fijamente con sus ojos azules y frГ­os. Riley no vacilГі. Solo mantuvo la mirada, preparГЎndose para batallar.

Riley dijo: “La Unidad de Análisis de Conducta está investigando un número inusual de suicidios aparentes en la Universidad de Byars”.

“¿Suicidios aparentes?”, dijo Webber, arqueando una sola ceja. “No describiría el suicidio de Deanna como �aparente’. A mi esposo y a mí nos pareció bastante real”.

Riley podrГ­a jurar que la temperatura de la sala habГ­a descendido unos grados. Webber no habГ­a mostrado ni la mГЎs mГ­nima expresiГіn cuando mencionГі el suicidio de su propia hija.

“Tiene sangre fría”, pensó Riley.

“Quisiera que me explicara lo que pasó”, dijo Riley.

“¿Por qué? Estoy segura de que ha leído el informe”.

Obviamente Riley no lo habГ­a hecho, pero tenГ­a que seguГ­rselas ingeniando.

“Escucharlo con sus propias palabras sería de gran ayuda”, dijo.

Webber permaneciГі en silencio por un momento. Su mirada era inquebrantable. Pero la de Riley tambiГ©n lo era.

“Deanna resultó herida en un accidente montando a caballo el verano pasado”, dijo Webber. “Se fracturó bastante la cadera. Parecía probable que tendría que ser reemplazada por completo. Sus días de montar a caballo en competencias se habían acabado. Estaba desolada”.

Webber hizo una pausa por un momento.

“Estaba tomando oxicodona para el dolor. Se tomó una sobredosis de pastillas. Fue intencional y punto”.

Riley sintiГі que no le estaba contando todo.

“¿Dónde sucedió esto?”, preguntó.

“En su dormitorio”, dijo Webber. “Estaba cómoda en su cama. El médico forense dijo que murió de un paro respiratorio. Parecía estar profundamente dormida cuando la criada la encontró”.

Y entonces Webber parpadeГі.

HabГ­a flaqueado en su batalla.

“¡Está mintiendo!”, pensó Riley.

El pulso de Riley se acelerГі.

Ahora tenГ­a que presionar, sondear con las preguntas correctas.

Pero antes de que Riley pudiera siquiera pensar en quГ© hacer, la puerta de la oficina se abriГі. La mujer que habГ­a traГ­do a Riley a la oficina entrГі.

“Congresista, necesito hablar con usted, por favor”, dijo.

Webber se veГ­a aliviada a lo que se levantГі de su escritorio y saliГі con su asistente.

Riley respirГі profundamente.

Deseaba no haber sido interrumpida.

Estaba segura de que habГ­a estado a punto de resquebrajar la fachada engaГ±osa de Hazel Webber.

Pero aГєn tenГ­a chance para hacerlo.

Cuando Webber regresara, Riley comenzarГ­a de nuevo.

DespuГ©s de menos de un minuto, Webber volviГі. ParecГ­a haber recuperado su seguridad en sГ­ misma.

Se quedó parada cerca de la puerta abierta y dijo, “Agente Paige, si realmente es la agente Paige, me temo que debo pedirle que se vaya”.

Riley tragГі grueso.

“No entiendo”.

“Mi asistente acaba de llamar a la UAC. No están investigando suicidios en la Universidad de Byars. Ahora...”.

Riley sacГі su placa.

“Sí soy la agente especial Riley Paige”, dijo con determinación. “Y haré todo lo posible para asegurarme de que tal investigación se ponga en marcha tan pronto como sea posible”.

SaliГі de la oficina.

En su camino fuera de la casa, entrГі en cuenta de que habГ­a hecho una enemiga, y una muy peligrosa.

Era un tipo de peligro diferente al que generalmente tenГ­a que enfrentar.

Hazel Webber no era una psicГіpata cuyas armas de preferencia eran cadenas, cuchillos, armas de fuego o sopletes.

Era una mujer sin conciencia, y sus armas eran el dinero y el poder.

Riley preferГ­a el tipo de adversario que podГ­a noquear o disparar. AГєn asГ­, estaba dispuesta a lidiar con Webber y sus amenazas.

“Me mintió respecto a su hija”, dijo Riley.

Y ahora Riley estaba decidida a descubrir la verdad.

La casa se veГ­a vacГ­a ahora. A Riley le sorprendiГі que no se topГі con ni una sola persona en su camino a su carro. SentГ­a que podГ­a robar la casa sin que nadie se diera cuenta.

SaliГі, se metiГі en su carro y comenzГі a conducir.

A lo que se acercГі a la puerta de la mansiГіn, ella vio que estaba cerrada. El guardia corpulento que la habГ­a dejado entrar y el mayordomo enorme estaban parados allГ­. Ambos tenГ­an sus brazos cruzados, y obviamente estaban esperГЎndola.




CAPГЌTULO SIETE


Los dos hombres definitivamente se veГ­an amenazantes. TambiГ©n se veГ­an un poco ridГ­culos, el mГЎs pequeГ±o de los dos con su uniforme de guardia, su compaГ±ero mГЎs grande con su traje formal de mayordomo.

“Parecen payasos de circo”, pensó.

Pero sabГ­a que no estaban tratando de ser graciosos.

Riley detuvo su carro justo en frente de ellos. BajГі su ventanilla, sacГі la cabeza y los llamГі.

“¿Hay algún problema, señores?”.

El guardia se colocГі justo en frente de su carro.

El mayordomo inmenso se acercГі a la ventanilla del pasajero.

HablГі en una voz retumbante.

“A la representante Webber le gustaría aclarar un malentendido”.

“¿Cuál malentendido?”.

“Quiere que entienda que los hurgones no son bienvenidos aquí”.

Ahora Riley entendГ­a todo.

Webber y su asistente habГ­an llegado a la conclusiГіn de que Riley era una impostora, no una agente del FBI. Probablemente sospechaban que era una reportera que se estaba preparando para escribir una historia de la congresista.

Estos dos chicos estaban mГЎs que acostumbrados a lidiar con reporteros metiches.

Riley sacГі su placa de nuevo.

“Creo que ha habido un malentendido”, dijo. “Realmente soy una agente especial del FBI”.

El gran hombre sonriГі. Evidentemente creГ­a que la placa era falsa.

“Bájese del carro, por favor”, dijo.

“No, gracias”, dijo Riley. “Realmente agradecería si abriera la puerta”.

Riley habГ­a dejado la puerta de su carro abierta. El gran hombre la abriГі.

“Bájese del carro, por favor”, repitió.

Riley gruГ±Гі en voz baja.

“Esto no terminará bien”, pensó.

Riley se bajГі del carro y cerrГі la puerta. Los dos hombres se pararon lado a lado cerca de ella.

Riley se preguntГі cuГЎl de ellos iba a dar el primer paso.

Entonces el gran hombre sonГі sus nudillos y avanzГі hacia ella.

Riley se acercГі a Г©l.

Cuando tratГі de alcanzarla, ella lo agarrГі por su solapa y la manga de su brazo izquierdo y lo desbalanceГі. Luego girГі sobre su pie izquierdo y se agachГі. Apenas sintiГі el peso del hombre cuando todo su cuerpo volГі sobre su espalda. CayГі boca abajo fuertemente contra la puerta del carro y luego aterrizГі de cabeza en el suelo.

“El carro fue el que más sufrió”, pensó con consternación.

El otro hombre ya se estaba moviendo hacia ella, y se dio la vuelta para mirarlo.

Le dio una patada en la ingle. Г‰l se inclinГі de dolor, y Riley sabГ­a que el altercado habГ­a terminado.

ArrebatГі la pistola del hombre de la funda.

Luego inspeccionГі su trabajo.

El hombre mГЎs grande aГєn estaba tirado al lado del carro, mirГЎndola con una expresiГіn aterrorizada. La puerta del carro estaba abollada, pero no tan gravemente como Riley habГ­a temido. El guardia uniformado estaba de manos y rodillas, jadeando.

Le acercГі la pistola al guardia.

“Aquí tienes”, dijo en una voz gentil.

El guardia alcanzГі la pistola con manos temblorosas.

Riley la alejГі de Г©l.

“No”, dijo. “No hasta que abras la puerta”.

TomГі al hombre de la mano y lo ayudГі a ponerse de pie. TambaleГі hacia la choza y abriГі la puerta de hierro. Riley caminГі hacia el carro.

“Permiso”, le dijo al enorme hombre.

AГєn viГ©ndose absolutamente aterrorizado, el hombre se moviГі hacia un lado como un cangrejo gigante, quitГЎndose del camino de Riley. Se metiГі en el carro y condujo por la puerta. ArrojГі la pistola en el suelo.

“Ya no creen que soy una reportera”, pensó.

TambiГ©n estaba segura de que le dejarГ­an saber eso a la congresista muy rГЎpidamente.



*



Un par de horas mГЎs tarde, Riley detuvo su carro en el estacionamiento del edificio de la UAC. Se quedГі sentada en su carro durante unos instantes. No habГ­a venido ni una sola vez durante su mes de permiso. No esperaba estar de vuelta tan pronto. Se sentГ­a realmente extraГ±o.

ApagГі el motor, guardГі las llaves, se bajГі del carro y entrГі en el edificio. Durante su camino a su oficina, amigos y colegas le dieron la bienvenida. Unos se veГ­an muy sorprendidos de verla.

Se detuvo en la oficina de su compaГ±ero habitual, Bill Jeffreys, pero Г©l no estaba allГ­. Probablemente estaba en un caso, trabajando con otra persona.

SintiГі una leve punzada de tristeza, incluso de celos.

En muchos sentidos, Bill era su mejor amigo en el mundo.

AГєn asГ­, suponГ­a que quizГЎs esto era lo mejor. Bill sabГ­a que ella y Ryan habГ­an vuelto, y Г©l no estaba de acuerdo. La habГ­a ayudado mucho durante su ruptura y divorcio. No creГ­a que Ryan habГ­a cambiado.

Cuando abriГі la puerta de su oficina, tuvo que verificar para asegurarse de que estaba en el lugar correcto. Todo se veГ­a muy limpio y bien organizado. ВїLe habГ­an dado su oficina a otro agente? ВїAlguien mГЎs habГ­a estado trabajando aquГ­?

Riley abriГі un cajГіn y encontrГі archivos familiares, aunque ahora mejor ordenados.

ВїQuiГ©n le habГ­a arreglado todo esto?

Desde luego no fue Bill. Г‰l sabrГ­a sabido que lo mejor era no hacerlo.

“Lucy Vargas, tal vez”, pensó.

Lucy era una agente joven que habГ­a trabajado con ella y con Bill. Si Lucy era la culpable de esta orden, al menos lo habГ­a hecho para tratar de ayudarla.

Riley se sentГі en su escritorio por unos minutos.

ImГЎgenes y recuerdos empezaron a inundarla... El ataГєd de la niГ±a, sus padres devastados y el sueГ±o terrible de Riley de la chica colgada rodeada de recuerdos. TambiГ©n recordГі cГіmo el decano Autrey habГ­a evadido sus preguntas, y cГіmo Hazel Webber habГ­a mentido descaradamente.

Se recordГі a sГ­ misma lo que le habГ­a dicho a Hazel Webber. HabГ­a prometido poner en marcha una investigaciГіn oficial. Y habГ­a llegado el momento de cumplir esa promesa.

TomГі el telГ©fono de su oficina y marcГі a su jefe, Brent Meredith.

Cuando el jefe de equipo contestó, ella dijo: “Señor, habla Riley Paige. Me pregunto si podría...”.

Estaba a punto de pedirle unos minutos de su tiempo cuando la interrumpiГі.

“Agente Paige, ven a mi oficina ahora mismo”.

Riley se estremeciГі.

Meredith estaba muy enojado con ella por algo.




CAPГЌTULO OCHO


Cuando Riley entrГі en la oficina de Brent Meredith, lo encontrГі parado al lado de su escritorio esperГЎndola.

“Cierra la puerta”, dijo. “Siéntate”.

Riley hizo lo que le ordenГі.

AГєn de pie, Meredith se quedГі callado por unos momentos. Solo mirГі a Riley. Era un hombre grande con rasgos negros y angulares. Y Г©l era intimidante incluso cuando estaba de buen humor.

No estaba de buen humor ahora mismo.

“Hay algo que quieres decirme, ¿agente Paige?”, preguntó.

Riley tragГі grueso. Supuso que ya se habГ­a enterado de ciertas cosas que habГ­a hecho.

“Tal vez debes empezar primero”, dijo sumisamente.

Г‰l se acercГі a ella.

“Acabo de recibir dos quejas de ti de mis superiores”, dijo.

Riley se sintiГі muy mal. SabГ­a de quiГ©n Meredith estaba hablando. Las quejas vinieron del agente especial encargado Carl Walder, un hombre despreciable que ya habГ­a suspendido a Riley mГЎs de una vez por insubordinaciГіn.

Meredith gruñó: “Walder me dijo que recibió una llamada del decano de una universidad pequeña”.

“Sí, la Universidad de Byars. Pero si me das un momento para explicar...”.

Meredith le interrumpiГі otra vez.

“El decano dijo que entraste en su oficina e hiciste unas acusaciones ridículas”.

“Eso no fue exactamente lo que sucedió, señor”, dijo Riley.

Pero Meredith siguiГі.

“Walder también recibió una llamada de la representante Hazel Webber. Ella dijo que entraste a su casa y la amenazaste. Incluso le mentiste respecto a un caso inexistente. Y luego agrediste a dos miembros de su personal. Los amenazaste a punta de pistola”.

La acusaciГіn enfureciГі a Riley.

“Eso no fue realmente lo que sucedió, señor”.

“Entonces ¿qué sucedió?”.

“Fue la pistola del guardia”, dijo.

Tan pronto como las palabras salieron de su boca, Riley entrГі en cuenta...

“Eso no salió nada bien”.

“¡Estaba devolviéndosela!”, dijo.

Pero supo al instante...

“Eso no ayudó en nada”.

CayГі un largo silencio.

Meredith respiró profundamente. Finalmente dijo: “Más te vale que tengas una buena explicación para tus actos, agente Paige”.

Riley respirГі profundamente.

“Señor, ha habido tres muertes sospechosas en la Universidad de Byars durante este año escolar. Supuestamente fueron suicidios, pero yo no lo creo”.

“Esta es la primera vez que he escuchado de esto”, dijo Meredith.

“Entiendo, señor. Y vine aquí para hablarte de todo esto”.

Meredith se quedГі parado, esperando otra explicaciГіn.

“Una amiga de mi hija tenía una hermana en la Universidad de Byars. Lois Pennington, una estudiante de primer año. Su familia la encontró ahorcada en su garaje el domingo pasado. Su hermana no cree que fue un suicidio. Entrevisté a sus padres, y...”.

Meredith gritГі tan duro que fue oГ­do en el pasillo.

“¿Entrevistaste a sus padres?”.

“Sí, señor”, dijo Riley en voz baja.

Meredith se tomГі un momento para tratar de calmarse.

“¿Tengo que decirte que este no es un caso de la UAC?”.

“No, señor”, dijo Riley.

“De hecho, según lo que sé hasta ahora, este no es un caso en absoluto”.

Riley no sabГ­a quГ© decir a continuaciГіn.

“¿Qué te dijeron sus padres?”, preguntó Meredith. “¿Creen que fue suicidio?”.

“Sí”, dijo Riley en voz baja.

Ahora Meredith parecГ­a no saber quГ© decir. MoviГі la cabeza con desaliento.

“Señor, sé cómo suena esto”, dijo Riley. “Pero el decano de Byars escondía algo. Y Hazel Webber me mintió sobre la muerte de su hija”.

“¿Cómo lo sabes?”.

“¡Solo lo sé!”.

Riley mirГі a Meredith con una expresiГіn suplicante.

“Señor, después de todos estos años, seguramente sabes que mis instintos son buenos. Cuando siento algo, casi siempre tengo razón. Tienes que confiar en mí. Algo no cuadra en las muertes de estas chicas”.

“Riley, sabes que así no funcionan las cosas”.

Riley estaba sorprendida. Meredith rara vez la llamaba por su nombre, solo cuando estaba realmente preocupada por ella. SabГ­a que Г©l la valoraba, apreciaba y respetaba, y ella sentГ­a lo mismo por Г©l.

Se recostГі contra su escritorio y se encogiГі de hombros.

“Tal vez tienes razón, y tal vez estés equivocada”, dijo con un suspiro. “De cualquier forma, no puedo convertirlo en un caso de la UAC solo por tus instintos. Tendrían que haber más pruebas”.

Meredith la mirГі con una expresiГіn de preocupaciГіn.

“Agente Paige, has pasado por muchas cosas difíciles últimamente. Estuviste en algunos casos peligrosos, y tu compañero casi fue envenenado en el último. Y ahora tienes un nuevo miembro de la familia a quien cuidar y...”.

“¿Y qué?”, preguntó Riley.

Meredith hizo una pausa y luego dijo: “Te puse de licencia hace un mes. Me pareció que creías que era una buena idea. La última vez que hablamos, incluso me pediste más tiempo. Creo que es lo mejor. Toma todo el tiempo que necesites. Necesitas más descanso”.

Riley se sentГ­a desalentada y derrotada. Pero sabГ­a que no tenГ­a sentido discutir. La verdad era que Meredith estaba en lo cierto. No habГ­a forma de que Г©l pudiera tomar este caso basГЎndose en lo que le habГ­a dicho. Sobre todo no con un asqueroso como Walder acorralГЎndolo.

“Lo siento, señor”, dijo. “Me iré a casa ahora”.

Se sintiГі terriblemente sola a lo que saliГі de la oficina de Meredith. Pero no estaba dispuesta a dejar de lado sus sospechas. Su corazonada era demasiado fuerte para eso. Ella sabГ­a que tenГ­a que hacer algo.

“Lo primero es lo primero”, pensó.

TenГ­a que conseguir mГЎs informaciГіn. TenГ­a que demostrar que algo andaba mal.

Pero ВїcГіmo serГ­a capaz de hacerlo sola?



*



Riley llegГі a su casa media hora antes de la cena. EntrГі en la cocina y encontrГі a Gabriela preparando otra de sus deliciosas especialidades guatemaltecas, gallo en perro, un guiso picante.




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